Sobre el cubrimiento de la Iglesia

Cartas de los lectores
16 de febrero de 2017 - 02:00 a. m.

Sobre el cubrimiento de la Iglesia

El Espectador, periódico al cual estoy suscrito desde hace años, ha venido publicando con alguna frecuencia escritos en contra de la Iglesia católica, pero me quiero concretar a los de los últimos días, así:

Con redacción de la periodista Diana Durán, publica un reportaje en la página dos de la edición del pasado viernes 10 de febrero/17, bajo el título “La culpa es de los papás: Iglesia”. Narra que hace ocho años el sacerdote William Mazo violó a dos niños de nueve y 11 años para la época, cuya madre, hoy, está indignada por la respuesta que, según la periodista, la Arquidiócesis de Cali le envió al Juzgado 22 Penal de Conocimiento, donde cursa el incidente, por indemnización a las víctimas, por los hechos por los que Mazo Pérez fue condenado a 33 años de cárcel en primera y segunda instancias, cuya sentencia quedó en firme, al no haber sido revisada por la Corte.

En la página dos de su edición del sábado 11 de febrero/2017, bajo el título “La Iglesia católica en la tormenta”, la misma periodista escribe que tras las revelaciones de El Espectador sobre la polémica defensa de la Iglesia en el proceso contra el cura pederasta, el arzobispo de Cali, monseñor Darío Monsalve, dijo que los papás de los niños no tuvieron la culpa de los hechos, y agrega que es la respuesta a un incidente de reparación que en nombre de la Arquidiócesis elaboró el abogado Wálter Collazos en un documento de 26 páginas que fue radicado ante el Juzgado 22 Penal del Circuito de Cali.

Y para finalizar, en su editorial del domingo, bajo el título “Las deudas de la Iglesia con las víctimas de abusos”, el editorialista enfatiza: “Falta disposición para darle seriedad a un asunto que suele silenciarse cuando involucra a miembros de la Iglesia. Los representantes de la Iglesia católica no pueden seguir cometiendo irresponsabilidades cuando tienen que responder frente a casos de abusos sexuales donde están involucrados”. La Iglesia contestó con un argumento ridículamente ofensivo.

Señor director: el abominable crimen lo cometió el cura pederasta como individuo y fue castigado con la pena que la ley de los hombres contempla para estos casos. No aparece dentro del contexto del caso que la Iglesia hubiese intentado siquiera abogar en algún momento por el cura criminal. Infortunadamente, como consta en las Sagradas Escrituras, las aberraciones sexuales del hombre se vienen cometiendo desde la creación y en las instituciones colegiadas el encierro se convierte en caldo de cultivo.

Empero, ello no justifica una campaña tan abiertamente hiriente para la Iglesia católica ni para quienes en ella creemos y respetamos. Si esa es la política de El Espectador, le ruego ordenar la cancelación de mi suscripción a su periódico.

Leovigildo Micán Morales. Bogotá.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com.

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