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Socialismo momificado

Nicolás Rodríguez
08 de marzo de 2013 - 11:00 p. m.

Aun si algunos críticos y burletas de profesión podrían haber anticipado en sus análisis y demás malquerencias políticas que el cuerpo de Hugo Chávez sería embalsamado como el de cualquier Mao en China, con esta, su politiquería de museo, Maduro ayuda a ridiculizar la revolución por la que tantos se movilizaron.

“Embalsamada revolución” no tardaron en titular los medios más atentos al traspié publicitario, con evidente tufillo de gozo. “Que embalsamen también el papel higiénico y el arroz”, escribió alguien con buen tino y gracia en la red. Luego el ridículo total. Y si no el ridículo, que acaso sea lo de menos, sí la empequeñecida, la perrateada de un movimiento político que para muchos de los millones que lloran en televisión, fue más que provocativas arengas y discursos trasnochados. 

Con esas ínfulas de imperio faraónico en clave peronista, queriendo pasar de Evita Perón a otro ícono embalsamado que no fuese necesariamente el Ho Chi Minh de América del Sur, los depositarios del legado chavista apenas si garantizan el despegue del turismo revolucionario.  

Pues tan deslegitimada está la institución del arreglo químico de los cadáveres, que ya ni el pueblo ruso que con tanto fervor produjera embalsamados y embalsamadores se enorgullece de su política convertida en ciencia. Ni la mayoría absoluta defiende la exposición permanente de Lenin, referente obligado de curiosos visitantes que viajan a tomar la foto del que aún no ha sido enterrado, ni los bioquímicos que entregaron su vida al problema de la descomposición de los muertos, como es el caso de Ilya Zbarsky, lo estiman “civilizado”.  

Entre tanto, serán justamente los países (de tradición democrática) que en su guerra contra el terrorismo trafican con torsos y manos, que humillan y fotografían el cuerpo enemigo, y que lo mismo agarran y torturan que desaparecen o entierran sin sentencia pero con mucho sigilo, los que gritarán que la del mausoleo y la embalsamada es una política bárbara, premoderna y atrasada.    

nicolasidarraga@gmail.com

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