Soluciones y nuevos bárbaros

Son frases paradójicas, impensables e impronunciables hasta hace poco, pero que resumen el drama que se vive en numerosos territorios de nuestro país abandonados hoy a su suerte.

Este fin de semana, para no ir tan lejos, y ante el incremento de la tala criminal e indiscriminada de bosques enteros en varias zonas de la Amazonía colombiana, un noticiero de televisión nacional hablaba de las Farc como un mal necesario, que antes del proceso de paz impedía estos atentados medioambientales.

Ayer, ante el anuncio de Acnur de que nuestro país había pasado con esos siete y medio millones de víctimas a encabezar la lista de países con mayor número de personas en situación de desplazamiento, no faltó quien añadiera que el incremento de los últimos meses se debe a que la guerrilla abandonó zonas de influencia en la costa Pacífica, Arauca y Norte de Santander, entre otras, y que ahora se disputan a sangre y fuego disidencias, elenos y bacrim.

Algo similar sucede con las cifras de riñas y disputas en el ámbito rural que antes tenían como juez a la insurgencia y que han llevado a las poblaciones a añorar el orden que les ayudaba en la convivencia.

Ha sido tan evidente la ausencia del Estado, en todas sus instancias, que el único referente de autoridad que hoy tienen los ciudadanos en buena parte del país es la guerrilla, rubricando el citado y recitado verso de Kavafis: “… Esa gente (los bárbaros) era como una solución”.

De nada les servirá a los colombianos ver cómo un puñado de los suyos dejan las armas y se reintegran a la vida civil si detrás vienen otros con la ley de la selva a copar esos espacios.

Urge la avanzada institucional, al lado de Ejército y Policía en las denominadas zonas rojas. Sí, autoridad, legalidad y justicia, al lado de educación, salud e inversión para cambiar imaginarios perversos, antes de que los nuevos bárbaros impongan otras soluciones.

www.mariomorales.info y @marioemorales