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Somos generadores de violencia

Luis Fernando Montoya
14 de noviembre de 2007 - 09:09 p. m.

"Dentro de una cancha de fútbol se escenifican ciertas tragedias o dramas de la sociedad que hay que saber leerlos": Osvaldo Soriano

La violencia engendra violencia, frase bien conocida; la ley del talión: vos me pegás, yo te la devuelvo. En cualquier deporte, en general, uno actúa así si no se contiene, y es una verdad, es difícil reaccionar ante una agresión. La agresión es diferente a la agresividad.

¿Cuál sería la diferencia? La agresividad, la que todos nosotros necesitamos cada día para despertarnos en la mañana cuando suena el despertador y tenemos ganas de seguir durmiendo. Bueno esa agresividad para encarar la vida, para encarar las cosas que tenemos que hacer, es la que debe tener el futbolista como actitud para encarar la competencia y para alcanzar los objetivos que se proponga. La agresión es otra cosa, la agresión supone como objetivo la intención de herir o lastimar al adversario. Entonces, a veces la agresividad se canaliza mal y se transforma en una agresión, pero son dos cosas distintas.

Responsables de la violencia en el fútbol. Considero que cada uno de los estamentos que tenemos que ver con este deporte de una u otra manera, consciente o inconscientemente nos convertimos en generadores de violencia.

Técnicos y cuerpos técnicos: Muchas veces promueven la violencia, en el discurso agresivo, haciendo señalamientos (reales o imaginarios) de que le están robando o dañando el trabajo de la semana, a veces con actitudes gestuales en la raya de terreno de juego o en el banco desde donde dirigen, y lo que expresan a través de los medios de comunicación masiva sí que se convierte en fomentar la violencia.

Árbitro: A veces es responsable porque se le escapa el partido de las manos, porque no puede hacer cumplir el reglamento, y esto va construyendo brotes de violencia.

Periodistas: Muchas veces incitan a la violencia o la refuerzan, en algunos comentarios, tanto en los jugadores como en los aficionados.

Dirigentes: Son los que toman las decisiones, son los que tienen el poder, entonces si no tienen la capacidad como para la toma de decisiones, se llega a las consecuencias de violencia.

Aficionados: Con la idea de hay que ganar sea como sea, las condiciones socioculturales, las condiciones personales y los otros elementos que contribuyen a la violencia se convierten en protagonistas importantes de esta problemática.

Futbolistas: Los generadores de violencia de adentro; con actitudes permanentes de apelar al golpe desleal, simulando faltas, reclamando airadamente para que el público se dé cuenta, haciendo gestos obscenos a la tribuna, moviendo sus extremidades superiores en forma incitadora, etc., todo lo anterior lo asimilan los aficionados para convertirlo en generador de violencia.

Consecuencias

Múltiples resultados trae lo anterior, como:

- La calidad del espectáculo. No se va a presenciar un juego como un partido de fútbol, sino a vivir una zozobra en las tribunas y a veces a soportar las expresiones vulgares todo el tiempo.

- Equipos. Cada vez que los generadores de violencia permanezcan en un quipo determinado, la imagen del mismo perderá transparencia en su proyección corporativa.

- Fútbol colombiano. Las imágenes que se muestran de estos generadores de violencia a nivel internacional, contribuyen a reforzar la imagen negativa del país.

- Asimismo, creo que es la consecuencia más importante, cuando a uno en el medio futbolístico y social lo identifican como un violento.

Mi llamado es para que todos los estamentos comprometidos con este tema trabajemos conjuntamente en disminuir los generadores de violencia y así podamos recuperar la imagen positiva de este apasionante deporte llamado fútbol.

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