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Sube entusiasmo por la paz

Luis I. Sandoval M.
26 de agosto de 2014 - 03:35 a. m.

Tiempo denso en acción ciudadana e institucional por la paz el de este segundo semestre: tema de víctimas en la agenda de La Habana, visita de ellas, por grupos, a la Mesa de Conversaciones, se instala Comisión Histórica para el Esclarecimiento del Conflicto, se produce la presencia en La Habana de militares activos para mirar el tema de cese bilateral de fuegos y hostilidades, quizá también el de dejación de armas por parte de las Farc-Ep, se realizará Semana por la Paz del 7 al 14 de septiembre, el día viernes 12 a las 12 m se realizará gran algarabía y toque de campanas en apoyo a los diálogos de paz, se prepara reunión de Consejos Nacional y Territoriales de Paz entre Comité de Impulso y Oficina del Alto Comisionado de Paz, indígenas y campesinos anuncian marchas desde sus territorios a las ciudades por los objetivos de la Cumbre Agraria, Iglesias cristianas adelantan campaña por el cese bilateral de fuegos y hostilidades, jóvenes de partidos políticos toman innovadoras iniciativas por la paz, se prepara Congreso Constituyente por la Paz que deberá realizarse en noviembre o diciembre. Infinidad de eventos académicos y acciones sectoriales y regionales, culturales y religiosas, tendrán lugar en este tiempo.

¿Tiene este despliegue un marco de referencia común? De la extraordinaria pluralidad y de los niveles aún bajos de articulación de la sociedad colombiana no puede esperarse que todo, en este complejo campo, resulte como una graduación de colegio. Lo sorprendente, no obstante, es que sí está gestándose en importantes espacios sociales un sentido común transformador por la terminación del conflicto y el inicio de una paz integral y duradera. De momento sobresalen tres grandes elementos en todas las acciones referenciadas: presionar para que se completen y mantengan los escenarios de diálogo gobierno insurgencia, no dilatar más el inicio de los procesos con el ELN y la disidencia del EPL, emprender seriamente el desescalonamiento del conflicto hacia el cese bilateral de fuegos y hostilidades, comenzando por el desminado de zonas y municipios especialmente vulnerables a este flagelo, adelantar una eficaz acción pedagógica y comunicativa entre la ciudadanía con miras a la validación de los acuerdos y el cumplimiento e implementación de los mismos.

Hace un tiempo parecía que la oposición al proceso iba a lograr desestabilizarlo. Hoy, en virtud de la movilización ciudadana y el voto por la paz en la reelección presidencial, se tiene un impulso que no se puede perder. Movilización y opinión en favor de la paz es preciso profundizarlas. Volcar la sociedad a la paz es el propósito. Las deliberaciones en el Congreso de la República, ya establecidas sus nuevas Comisiones de Paz, las que se adelanten en los Consejos de Paz, Nacional y Territoriales, la gran Convergencia por la paz que se reflejará en el Congreso de fin de año, contribuirán a transitar de una paz de gobierno a una política pública sostenible a través de sucesivos gobiernos con base en un amplio consenso.

La construcción de paz va tomando un sentido de integralidad de tal manera que no se reduzca al silenciamiento de los fusiles. Está emergiendo la paz como proyecto de sociedad, como oportunidad para recrear el mito fundacional, como ampliación del acuerdo sobre lo fundamental, como ejercicio constituyente. En medio de dificultades insoslayables el proceso avanza no solo en La Habana sino también aquí en el territorio. Es preciso lograr que Semana por la Paz, parte de 100 días de acción convergente por la paz, contribuya a afianzar el compromiso de todo el país con la paz.

lucho_sando@yahoo.es / @luisisandoval

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