¿Todos responsables?

Daniel Emilio Rojas Castro
08 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.

Quienes afirman que todos somos responsables por el calentamiento global caen en un error inconsciente u ocultan deliberadamente parte del problema.

Una cosa es aceptar que el esfuerzo para luchar contra los efectos del calentamiento global deba involucrar a todos los pueblos del planeta, pero otra muy diferente es afirmar, como ocurre en la opinión pública de ciertos países europeos, que todos los países comparten la misma responsabilidad como causantes del calentamiento.

Hoy sabemos que sin una solución colectiva, que transforme nuestros patrones de producción y de consumo y que nos obligue a replantear la relación entre los humanos y la naturaleza, el futuro de la vida se verá seriamente comprometido. La necesidad de establecer un compromiso de largo alcance, sin embargo, no puede matizar la responsabilidad de las grandes economías industriales del hemisferio norte, que producen las cuotas anuales más altas de CO2 en el mundo y entre las que se encuentran los EE.UU., China y países europeos como Francia, Alemania, Polonia e Inglaterra.

Las diferencias de una región a otra del mundo en términos de producción de CO2 son palpables, tanto como lo es la injusticia que provocan, porque los mayores responsables del calentamiento son los que menos sufren sus consecuencias. Al disponer del capital, la tecnología y la infraestructura suficientes, son ellos quienes mejor pueden oponerse a las sequías, superar los problemas de riego, disminuir la probabilidad de incendios forestales, luchar contra las plagas y garantizar la buena nutrición infantil. En cambio, como lo revela el informe de la FAO sobre la situación mundial de la agricultura y la alimentación publicado este año, las regiones del mundo que menos contribuyen al calentamiento, como el África ecuatorial y el Asia del Sud-Este, serán las más afectadas por el aumento de las temperaturas en las próximas tres décadas.

Uganda, que ni siquiera emite el 0,001 por ciento del total de emisiones de CO2 que producen los EU.UU. o la China, tendrá en adelante una perdida anual de entre 22 y 38 millardos de dólares en su producción agrícola causada por fenómenos climáticos relacionadas con el calentamiento. Eso no sólo significa una descenso progresivo que puede estancar por completo el mundo rural, sino sobre todo la aparición de un riesgo terrible para la soberanía alimentaria del país y el bienestar de su población.

La falta de información o el desconocimiento pueden crear una percepción errada de la agenda climática global. Ciertamente entender todo lo que está en juego a la hora de hablar del calentamiento no es una tarea fácil. Pero creo que en ocasiones afirmar con tanta vehemencia que ‘todos somos responsables’ o ‘todos somos víctimas’ de lo que está sucediendo, también es una forma de ocultar deliberadamente las responsabilidades internacionales en la materia.

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