Publicidad

Tres tristes tigres

Ramiro Bejarano Guzmán
15 de noviembre de 2007 - 11:40 p. m.

Cada uno se parece al otro, y entre todos son la expresión de un enrarecido talante. Me refiero al periodista de la falange derechista, Plinio Mendoza; a la primera dama, Lina Moreno de Uribe; y al canciller, Fernando Araújo.

A Plinio le dio por defender en la última revista Semana a los Araújo de los graves cargos que tienen al hijo detenido y al padre fugitivo. Con esa frágil defensa, Álvaro Araújo en la soledad de su celda debe de estar muy preocupado, pues merece mejor patrocinio.

En efecto, pretender desvirtuar los cargos por secuestro alegando que el denunciante envió una carta elogiosa a la ex canciller Araújo —cuya antigüedad valdría la pena constatar— y además con el cuento de que ha compartido fiestas con su familia, es desconocer cómo se cocinan las cosas en algunos lugares de la Costa Caribe. Lo de Plinio definitivamente no son los alegatos judiciales, pues pudiendo controvertir si había existido o no un secuestro y si algunos políticos se beneficiaron electoralmente del mismo, que era lo importante, fabricó endebles indicios sustentados en chismografía.

Pero donde definitivamente se le fueron las luces a Plinio fue en su empeño de atribuirle al magistrado auxiliar de la Corte, Iván Velásquez, la condición de perseguidor judicial de la familia Araújo. No tuvo en cuenta dos detalles que dejan sin piso su fantasía: la primera, quien inició el proceso no fue Velásquez, sino nueve magistrados de la Sala Penal, por unanimidad; la segunda, que fue la Fiscalía y no la Corte, la autoridad que llamó a juicio a Álvaro Araújo, pues éste al renunciar al fuero parlamentario, hizo perder competencia a la Corte.

Lina Moreno de Uribe, cada día se parece más al que sabemos y menos a la discreta primera dama de hace cinco años. Ahora ya no sólo interviene abiertamente en política, prohijando al alcalde electo de su tierra natal, sino que además de escribir columnas fatigantes en la revista Diners, sus preguntas al Alto Comisionado de Paz sobre su peculiar entendimiento del delito político son sopladas a Yamid Amat, para que éste a su turno las formule al presidente del Polo Democrático, Carlos Gaviria.

Raro el país en que vivimos, cuando la esposa del primer mandatario logra infiltrarse en los cuestionarios de periodistas consagrados, otrora inmunes a la influencia palaciega y hoy atrapados en sus poderosas redes. El poder transforma la gente y un gran ejemplo es doña Lina.

Que Paola Ochoa, la periodista de la Embajada de Colombia en Washington, haya sido declarada insubsistente, no deja duda alguna de lo que es capaz el uribismo. La comunicadora cayó en desgracia, cuando se enfrentó ante el hijo del canciller, Fernando Araújo, quien violando las leyes americanas y colombianas, andaba oficiando como funcionario en la Embajada sin tener esa condición, todo pagado por unos empresarios que nadie sabe quiénes son.

El canciller Araújo sale muy mal librado de este episodio, otra vez por indelicado, pues toleró que su hijo trabajara en la Embajada sin estar nombrado, accediendo a información privilegiada, sólo porque al presidente Uribe se le ocurrió que sí se podía hacer lo que la ley prohíbe. Es probable que en esta ocasión tampoco le pase nada como en Chambacú, caso por el cual se ha hecho el de la vista gorda para renunciar a la prescripción por varios delitos por los que no fue investigado ni absuelto, con ocasión de ese turbio negocio.

Pero tranquilos, que esto apenas está empezando, faltan tres años y quién sabe cuántos períodos más.

~~~

Adenda.- Si según el comunicado de la Casa de Nariño, ni el régimen ni los militares de entonces tuvieron culpa en el holocausto del Palacio de Justicia, propiciado por la acción criminal del M-19, al gobierno de Uribe sólo le falta sindicar como responsables de la tragedia a los mismos magistrados inmolados y a los desaparecidos, por haber estado allí cuando llegaron a “salvarlos” las fuerzas del Estado.

notasdebuhardilla@hotmail.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar