Tristes tigres

Ramiro Bejarano Guzmán
05 de febrero de 2017 - 02:00 a. m.

Soplan vientos de agitación en las irascibles toldas uribistas, pues dos de los tres aspirantes del Centro Democrático a la Presidencia, Óscar Iván Zuluaga (OIZ) e Iván Duque (ID), naufragaron antes de embarcarse.

Soplan vientos de agitación en las irascibles toldas uribistas, pues dos de los tres aspirantes del Centro Democrático a la presidencia, Oscar Iván Zuluaga (OIZ) e Iván Duque (ID),naufragaron antes de embarcarse.

El Zuluagabrecht tiene connotaciones desastrosas. La ligera explicación acerca de que OIZ no responde por lo que Odebrecht haya pagado a quien fue su asesor durante la campaña sugiere su culpabilidad y su irresponsabilidad. Zuluaga tiene un “amigo secreto” que le financia sus aventuras electorales.

Encrucijada la de OIZ y su hijo, pues lo revelado por Eduardo Duda Mendonça los deja mal parados y expuestos a dolorosas decisiones penales. Y no es para menos. No tiene presentación que un candidato presidencial busque y contrate un extranjero utilizando los “buenos oficios” de una compañía contratista del Estado, y pasados apenas dos años ese asesor confiese ante la justicia de su país que quien le pagó los honorarios por los servicios prestados fue la multinacional del soborno. Y para colmo de males, en todo este entramado aparece el nombre de Daniel Andrés García Arizabaleta, un cuestionado exdirector de INVIAS que a su retiro se vinculó laboralmente con Odebrecht, precisamente la entidad que pagó los honorarios del asesor del entonces candidato presidencial. ¡Vaya coincidencia!

Zuluaga no podrá defenderse con el manido cuento de que es víctima de una persecución política, porque quien le prendió el ventilador fue Duda Mendonça, su otrora consejero político. Tan mal pinta la cosa que hasta el fugitivo doctor “Ternura”, Luis Carlos Restrepo, censuró a su compañero del gobierno de la seguridad democrática. La supervivencia del Centro Democrático ha quedado en vilo, ahora que decidieron meterle ética al partido para enfrentar esta crisis.

Tal es la hecatombe que OIZ no pudo volver a las ruedas de prensa acompañado de dirigentes políticos, sino de un penalista, quien para defender a su cliente cree que la solución es investigar a todos los miembros de la campaña de su mandante, para establecer quién sabía de los pagos de Odebrecht de los que supuestamente el candidato nunca se enteró. Fácil resulta imaginar que esta evidente cortina de humo desatará guerra uribista, la cual no será resuelta en el foro de la dialéctica, porque todo terminará en los juzgados penales, destino obligado del Centro Democrático y de OIZ, eso sí, sin aclararse nada.

Como OIZ no se entierra solito, en el camino ha dejado tendido también a Iván Duque, un novel senador que no es recién llegado a la política porque antes le cargó el maletín a más de un político. ID se hizo notorio en su partido por su juventud, por su verbo y, obviamente, porque sus iniciales buenas maneras —que ha ido perdiendo— lo hicieron atractivo en comparación con los feroces insultadores del uribismo. Lo cierto es que el veloz ascenso de Duque quedó herido de muerte cuando se vió forzado a revelar que también estuvo con OIZ y su hijo en la famosa reunión en Brasil con el asesor brasilero que hoy reveló que quien le pagó fue Odebrecht.

A pesar de que ID quiso adelantarse a que los medios divulgaran su presencia en ese perverso encuentro, lo cual era inminente, lo cierto es que no logró matar el cuento, ni tampoco convenció. En una entrevista en Caracol Radio, ID no pudo descartar que no estuvieran representantes de Odebrecht en esa reunión en Brasil a la que asistió con Zuluaga y su hijo dizque solamente para conocer al publicista Duda. Raro. En cambio, en una maniobra mediática, salió a cobrar una tardía denuncia que formuló apenas la semana anterior ante la SIC pidiendo investigar por competencia desleal a la empresa brasilera, cuando ya era de público conocimiento que la SIC había iniciado sus pesquisas. Puro maquillaje.

Y a todas estas Uribe lavándose las manos acusando a todos sus alfiles, como si el asunto no fuese con él.

Adenda No 1. Es cierto que la canciller Holguín dejó solo a Vargas Lleras frente a los ataques de los rufianes de Maduro y Diosdado. Si eso le pasa al vicepresidente.

Adenda No 2. Extraordinaria la última revista de la Casa de Poesía Silva e imperdible el artículo del exministro José Félix Patiño.

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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