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‘Tropidream’

Adolfo Meisel Roca
23 de noviembre de 2012 - 11:00 p. m.

El reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia delimitando las áreas marítimas que le corresponden a Colombia es una buena ocasión para que el país inicie una reflexión acerca de lo que ha hecho en términos del desarrollo económico, social, ecológico y de la defensa de esa zona del territorio.

No podemos seguir cometiendo los mismos errores. En Bogotá no deben olvidar la lección de Panamá.

Inicialmente, el archipiélago fue poblado por un grupo de puritanos ingleses que llegaron a Providencia en 1631. Venían en un barco llamado Seaflower, un nombre emparentado con el Mayflower, el barco que en 1620 transportó a un grupo de puritanos ingleses a Massachusetts, donde surgió la colonia moderna más exitosa, y fue de hecho la piedra angular del American Dream. Aunque los puritanos del Mayflower y el Seaflower estaban financiados por los mismos promotores, tenían condiciones sociales similares, las cosas no resultaron igual en Providencia y el sueño americano tropical, el tropidream, terminó en el fracaso.

¿Qué sucedió con la colonia puritana de Providencia? La historiadora norteamericana Karen O. Kupperman dice que, en términos económicos, esta colonia nunca despegó. Los problemas económicos, resultado de los bajos rendimientos del algodón y el tabaco, crearon conflictos entre los pobladores y entre estos últimos y sus financistas. Además, los ingleses se dieron cuenta de que la explotación del algodón se tenía que hacer en unas escalas que implicaron la introducción de esclavos, con lo cual se diferenciaron de la colonia creada por el Mayflower, donde la granja familiar fue la base de la organización rural. Como, a pesar de los esfuerzos por sacarla adelante, Providencia era deficitaria, las autoridades de Londres autorizaron que los colonos recurrieran a la piratería de los barcos españoles hasta alcanzar el punto de equilibrio. Esto último desató la reacción española y en 1641 una flotilla que navegó desde Cartagena al mando del capitán Francisco Díaz Pimienta se tomó el archipiélago con una fuerza de 2.000 hombres. Los 350 puritanos que capturaron los españoles fueron enviados a Cádiz, desde donde finalmente regresaron a Inglaterra. En contraste, los 381 esclavos que encontraron en las islas se remitieron a Cartagena para su venta.

A fines del siglo XVIII el archipiélago de San Andrés se empezó a repoblar con plantadores ingleses y sus esclavos, que provenían de Jamaica, Bluefields y las islas Caimán. Producían algodón. La población raizal actual proviene de la mezcla entre esos plantadores y sus esclavos.

Después de la abolición de la esclavitud, en 1851, la economía del algodón se remplazó por la del coco. El archipiélago vivió una época económica dorada. A comienzos del siglo XX se exportaban casi 20 millones de cocos al año. Sin embargo, las cosas cambiaron hacia 1930, cuando la combinación de las sequías y la caída del precio internacional del coco, como resultado de la Gran Depresión, llevaron a una crisis. En ese estado de postración económica se encontraba en 1953 el archipiélago, cuando el general Gustavo Rojas Pinilla decidió crear el llamado Puerto Libre. Sobre los efectos de este último hablaré en la próxima columna.

 

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