Turismo
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Turismo de fin de siglo

Gonzalo Silva Rivas
16 de agosto de 2011 - 11:00 p. m.

Cuando las grandes constructoras de aviones en el mundo hicieron públicas en el Salón Aeronáutico de París-Le Bourget sus novedades comerciales para mediados del presente siglo prendieron las señales sobre el futuro que les espera a las industrias de la aviación y del turismo.

Airbus perfecciona los estudios técnicos de un nuevo avión supersónico, cuya velocidad de 5.000 kms/hora dobla la del desaparecido Concorde, y trabaja en el diseño de una aeronave con cabina transparente que permitirá a sus ocupantes contemplar sin obstáculos visuales el apabullante espacio aéreo.

Con los audaces adelantos tecnológicos previstos para los años cincuenta el transcurrir del siglo advierte sobre la presencia de grandes transformaciones en la costosa industria aeronáutica, que prometerá cambios sustanciales en el modo de hacer turismo. La actual era de los gigantescos Jumbo 747, donde conviven 460 pasajeros, y Airbus 380 en cuyas dos cubiertas a lo largo del fuselaje pueden viajar hasta 850 personas juntas, será una simple estación de paso en la sorprendente evolución de la aviación comercial.

La rapidez de desplazamiento, autonomía de vuelo y mayor capacidad son factores que influirán en los avances de la industria para las últimas décadas. Menos horas de viaje y cero transbordos representan más tiempo para el disfrute turístico, para recorrer, visitar y conocer. El desarrollo tecnológico se apoderará de aviones, hoteles e intermediarios turísticos. Jugar partidas de golf virtual a bordo de un vuelo comercial, pernoctar en impresionantes estructuras hoteleras con amplios espacios ecológicos y paisajes artificiales y acudir a operadores turísticos robotizados podrían ser cotidianidades de la época en el sector.

El turismo espacial seguirá siendo elitista pero seguramente dejará de ser privilegio de multimillonarios para extenderse a otras capas sociales menos adineradas, y el virtual podrá mostrarse en sociedad como una de las alternativas más revolucionarias.

Los mayores países receptores, encabezados por Estados Unidos y Japón, cederán el paso a otra generación de naciones con calificado potencial turístico y que hoy no convocan el interés universal por circunstancias variopintas como subdesarrollo, pobreza, carencia de infraestructura, inseguridad o concepción política. China y Brasil se promocionan como líderes del próximo club turístico.

La tendencia actual de sol y playa, más del 80% del turismo, perderá demanda frente a modalidades representadas por destinos exóticos, urbanos, rurales, culturales y de naturaleza, y el cambio climático promoverá uno de mentalidad hacia un turismo responsable, de enriquecimiento personal y solidario con el medio ambiente. Para los expertos, el póquer turístico tendrá otras cartas sobre la mesa.

gsilvarivas@gmail.com
 

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