Publicidad

Uberizarse o Uldarizarse

Felipe Zuleta Lleras
15 de marzo de 2015 - 01:59 a. m.

LOS CIUDADANOS NOS ENTERAMOS el jueves de esta semana que la ministra de Transporte y el superintendente de Puertos y Transporte decidieron, sin saber muy bien por qué, declararle la pelea al servicio que presta Uber. Los escuchamos a los dos en Blu Radio tratando de explicar lo inexplicable. Que Uber es ilegal, pero que la plataforma de Uber no lo es. Es decir, que sí, pero que no.

LOS CIUDADANOS NOS ENTERAMOS el jueves de esta semana que la ministra de Transporte y el superintendente de Puertos y Transporte decidieron, sin saber muy bien por qué, declararle la pelea al servicio que presta Uber. Los escuchamos a los dos en Blu Radio tratando de explicar lo inexplicable. Que Uber es ilegal, pero que la plataforma de Uber no lo es. Es decir, que sí, pero que no.

Esta opción de transporte ha sido violentamente atacada por algunos taxistas. No todos, debo decir. Muchos de ellos dependientes del ciudadano Uldarico Peña, el zar de los taxis en el país y quien cuenta con el apoyo de altos funcionarios del Gobierno que han decidido interpretar las leyes para prohibirles a los ciudadanos una opción como Uber, que en las ciudades en donde funciona ha sido la solución cuando no hay taxis disponibles.

Es un servicio bastante más caro que el de los taxis, pero por alguna razón miles de ciudadanos (100.000 a la fecha) hemos decidido pagar más, pero ir más confortables, sintiéndonos más seguros y sin tener que pelear con el famoso “yo por allá no voy”.

Entiendo que estos altos funcionarios no han tenido que pedir un taxi un día con lluvia o una de esas tardes de viernes cuando los taxis amarillos andan todos ocupados. Ellos se mueven en sus carros oficiales y, por supuesto, no se han dado cuenta de que Uber llegó para quedarse. Con o sin permiso. Entre otras cosas porque no es sino mostrar un contrato de transporte para que la Policía no pueda inmovilizar el vehículo. O más fácil resulta, por ejemplo, montarse en la silla de adelante y sostener frente a la autoridad que uno es amigo del que va manejando el Uber. No estoy dando consejos de cómo violar las normas, pero cuando éstas son absurdas, pues nos ponen a los ciudadanos a mentir como pícaros.

El Gobierno no fue capaz de manejar el tema de Uber, simplemente porque la tecnología va más allá de las normas, porque el derecho debe adecuarse a las necesidades de los ciudadanos y eso no lo entendieron en el Gobierno.

En este caso, parece tener más poder don Uldarico que los miles de ciudadanos que preferimos pagar más antes que someternos al poder inconmensurable de este señor. Si el superintendente de Puertos y Transporte, Javier Antonio Jaramillo Ramírez, desde el año 2010 se desempeñaba como gerente general de Transportes Expreso Palmira, ¿por qué Uldarico no podría ser ministro? Ya que tiene tanto poder, pues que lo ejerza directamente y no por interpuestas personas.

Los ciudadanos, o al menos yo, prefiero Uberizarme antes que Uldarizarme, aun cuando parece que a los funcionarios en mención les gusta más lo segundo.

Pronostico que Uber llegó para quedarse, que los ciudadanos lo seguiremos usando y que el Gobierno —más temprano que tarde— perderá la pelea, porque con decretos o sin ellos, las necesidades van generando hechos que, al menos en un gobierno democrático, son imparables, como lo es la internet y sus plataformas, como la de Uber.

 

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar