Un mes después, ¿qué opinan?

Juan Carlos Botero
23 de febrero de 2017 - 09:00 p. m.

Veamos.

En este primer mes como presidente, Trump vociferó sobre el tamaño de las multitudes en su inauguración y mintió acerca del fraude electoral. Se enfrentó a sus organismos de inteligencia por la piratería informática de Rusia. Prometió distanciarse de sus empresas para evitar conflictos de interés, y no lo hizo. Todavía no ha presentado su declaración de renta. Atacó a la prensa, incluyendo medios como CNN y el New York Times, y los llamó “el enemigo del pueblo”. Se posesionó con dos ministros confirmados y con sólo 29 de 660 personas nombradas en cargos de alto nivel. Llenó la Casa Blanca de racistas e impuso la retórica del odio. Escogió, como ministra de Educación, a una millonaria que hizo alarde de su ignorancia sobre las normas más elementales de la educación pública. Durante la campaña presidencial afirmó que la tasa de desempleo bajo Obama, del 4,7 %, era falsa; pero ahora que el desempleo está en 4,8 %, dice que es cierto y maravilloso. Deshizo el TPP, enterrando un valioso y complejísimo acuerdo comercial con 12 países aliados, y a la vez acabando con el viraje al Pacífico que Obama había diseñado para contrarrestar la influencia de China en la región. Su embajador en Israel repudia la solución de dos Estados, y Benjamin Netanyahu, aprovechando el apoyo de Trump por su régimen, aumentó los asentamientos no autorizados. Chocó con la China por Taiwán, e insultó a un país aliado, Australia, rechazando los refugiados que Obama había aceptado. También insultó, por enésima vez, a otro país aliado, México, con el muro de la infamia. Confirmó en su cargo al director del FBI, a pesar de haber intervenido descaradamente en política. Ha dicho incontables mentiras, entre ellas que la prensa no ha reportado docenas de masacres, y cada vez se ha demostrado, con hechos inequívocos, que lo dicho era falso. Insultó a la Unión Europea y volvió a cuestionar la utilidad de la Otan. Los gobiernos anteriores de EE. UU. se habían cuidado de aclarar que su guerra no era con la religión musulmana sino con una minoría fanática y violenta, pero Trump se echó de enemigos a 1,6 mil millones de musulmanes con su prohibición de ingreso a ciudadanos de siete países árabes, de donde no ha salido un solo ataque contra EE. UU., y en cambio omitió de la lista a países que sí han exportado terroristas, que son aquellos en donde Trump tiene intereses comerciales. Desmanteló la regulación financiera que Obama impuso para prevenir otra crisis financiera como la del 2008. Su esposa, a diferencia de Michelle Obama, no ha hecho nada. Les cerró la puerta en las narices a miles de refugiados, la gente más desamparada del planeta, después de haber pasado el filtro de 17 entidades de Estado en una tramitología de años para ingresar a EE. UU. Demostró que no sabía quién era Frederick Douglass, y en el Aniversario del Holocausto no mencionó a los judíos. Irán y Corea del Norte lo retaron. Su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, renunció a su cargo por sus contactos ilegales con el Kremlin. Y mucho, mucho más.

Entonces mi pregunta es la siguiente: después de este escandaloso mes de gobierno, ¿qué piensan las personas que votaron por Trump? ¿Ya se arrepintieron? Y si no, ¿qué más tiene que hacer este peligroso bufón para que tomen conciencia de su colosal error histórico?

 

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