Un país muy conservador

Santiago Montenegro
19 de junio de 2011 - 11:00 p. m.

MÁS QUE EL APEGO A CIERTOS VALOres y tradiciones, una de las características más marcadas del pensamiento conservador es aquella que argumenta que las sociedades fueron buenas en un pasado primigenio e ideal y que, infortunadamente, por las nuevas ideas o por transformaciones económicas y tecnológicas, dicho mundo se ha ido corrompiendo.

Por eso el cambio hay que retardarlo, pararlo, impedirlo. Y, también por eso, a los conservadores muchas veces se los tilda de retardatarios.  

Que Colombia es un país muy conservador, no cabe duda.  Dicho conservadurismo se manifiesta en el apego a tradiciones y también en la oposición a transformaciones y a prácticas liberales, muchas de ellas consagradas por la Constitución de 1991, que introdujo como su centro neurálgico, no la soberanía del Estado, sino la defensa de los derechos humanos fundamentales.  Pero quizá donde se manifiesta más el carácter conservador de dirigentes y analistas es en la concepción de la historia.  Y, lo más interesante y curioso, es que dicho conservadurismo no proviene necesariamente del Partido Conservador, sino se lo encuentra en algunos grupos que se dicen liberales, progresistas y hasta de izquierda. Según una narrativa muy recurrente, desde hace muchas décadas cada gobierno ha sido más malo que el anterior. Pero el gran agravante de este deterioro, según esta narrativa, fue la apertura de la economía, con la liberalización comercial y la autorización a la inversión extranjera, con el fin de los llamados créditos de fomento del Banco de la República, con la participación del sector privado en los servicios públicos, entre muchas otras acciones. Según esta visión, el país, si bien no era perfecto, sí era mejor del que hoy tenemos.  Todo pasado fue mejor. 

Pero esa visión no resiste una contrastación empírica.  Antes de la apertura, la pobreza era más alta y la desigualdad tan mala como es ahora.  Colombia no era un paraíso.  Además, la política económica que tantos añoran era realmente oligárquica, donde unos pocos privilegiados lograban créditos de fomento, aranceles, privilegios y canonjías. Además, con el tiempo, la pobreza ha ido cayendo, aunque sigue siendo escandalosamente alta, al igual que la desigualdad.  Muchas variables han mejorado significativamente, como las coberturas de salud, educación primaria, acceso a agua potable, electricidad y telefonía, en donde nos acercamos a coberturas universales.  Por supuesto que muchas cosas tienen que mejorar, pero la idea de que el país era mejor antes de la apertura es simplemente falsa. 

¿Por qué Colombia es un país tan conservador? Según algunos, por su configuración geográfica, por el hecho de tener su capital y varios centros urbanos lejos de las costas y conectados con pésimos sistemas de transporte, lo que nos aisló de las grandes transformaciones del mundo y obstaculizó la llegada de inmigrantes y de ideas liberales y revolucionarias.  Según otros, por la debilidad histórica del Estado, por su carencia de rentas que le hubiesen permitido realizar las reformas liberales, que sí se lograron en otras latitudes.  Pero, quizá, el conservadurismo del país se explique mejor por la guerrilla marxista, la cual derechizó al país y eliminó la posibilidad de la consolidación de una izquierda democrática, progresista y cosmopolita.  Por supuesto, en una sociedad abierta, como la nuestra, las ideas conservadoras tienen todo su derecho a ser expresadas y promovidas.  Pero también las de aquellos quienes, creyendo profesar otras ideas, son también muy conservadores.

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