Una gran oportunidad

Indalecio Dangond B.
01 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

La pelea en la que se han enfrascado el expresidente Andrés Pastrana y el presidente del Partido Conservador, Hernán Andrade —por el apoyo que le ha dado la bancada al proceso de paz—, no tiene ningún sentido, tratándose de una discusión sobre un proceso que puede mejorarse o corregirse en el futuro inmediato, si el Partido Conservador llega a ganar las elecciones presidenciales el año entrante.

Esa vieja puja de los hermanos godos por el poder viene desde 1949, cuando los laureanistas se enfrentaron a los ospinistas, y posteriormente los alvaristas hicieron lo mismo con los pastranistas. Desafortunadamente, estas disputas burocráticas les truncaron la posibilidad a dos grandes estadistas —Álvaro Gómez Hurtado y Rodrigo Lloreda Caicedo— de llegar al Palacio de Nariño.

La historia puede repetirse con los candidatos presidenciales Luis Alfredo Ramos y Marta Lucía Ramírez si los doctores Pastrana y Andrade no zanjan rápido sus diferencias y anteponen los intereses del partido por encima de los suyos. Aquí hay que pensar en el futuro y no en el pasado del país. Después del próximo 20 de julio el presidente Santos será historia, y con ese 77 % de imagen negativa todos sus aliados comenzarán a darle la espalda. Cada uno recoge lo que siembra.                                                                                                           

Con semejante desprestigio del presidente Santos y su equipo de Gobierno (rajados en todas las encuestas), con tantos escándalos de corrupción en el Gobierno y en la justicia, y la amenaza constante de que se nos cuele un populista como Chávez, tal como lo vienen planeando Maduro y Diosdado con Gustavo Petro, Piedad Córdoba e Iván Cepeda, creo que el Partido Conservador (con el respeto de los otros candidatos) tiene las dos mejores hojas de vida para impedir esta hecatombe institucional.  

Luis Alfredo Ramos, con una trayectoria política intachable, en 47 años de servidor público, ha sido concejal, diputado, representante a la Cámara, senador de la República, gobernador de Antioquia, alcalde de Medellín, ministro de Comercio Exterior y embajador ante las Naciones Unidas. Marta Lucía Ramírez, por su parte, ha tenido una exitosa carrera política como ministra de Comercio Exterior y luego de Defensa, senadora de la República, embajadora en Francia y candidata presidencial en el 2014, donde obtuvo el tercer lugar con dos millones de votos. Ambos tienen los suficientes méritos para ser unos eficaces gobernantes de nuestro país.

Tiene pues el Partido Conservador una tremenda oportunidad de llegar al poder para ayudar a encarrilar el rumbo de este destartalado país que nos deja Santos. Ordenen la casa, presenten una propuesta de gobierno que convenza a los colombianos, acuerden un esquema de consulta interna para escoger un candidato de consenso e inviten a profesionales y empresarios exitosos con vocación de servicio público a integrar sus listas a Senado y Cámara. Pretender hacer alianzas con otros partidos antes de hacer este ejercicio democrático interno es un suicidio político.

En el tintero: El cinismo de este Gobierno en el derroche de los dineros públicos no tiene límites. En una semana hicieron una “aprobatón” de $621.000 millones para que los gobernadores costeños se los gasten en cemento, ladrillo y concreto, y de paso le subieron a $30 millones el salario mensual a los congresistas. ¡Qué sinvergüenzas!

* Consultor.

 

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