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Una joya de espirituoso

Hugo Sabogal
13 de mayo de 2012 - 01:00 a. m.

Para conmemorar los 60 años en el trono de la reina Isabel II, la casa John Walker & Sons creó la botella Diamond Jubilee.

Hace pocos días, a su paso por otro de los puestos fronterizos que ha franqueado en los últimos tres meses (como parte de una gira mundial sin precedentes), el británico Jonathan Driver empezó a sudar frío. Acababa de aterrizar en Caracas, y al pasar por la aduana los guardas le pidieron abrir una caja de madera a la que se aferraba con firmeza. En ella transportaba una reliquia contemporánea avaluada en cerca de US$170.000 ($295 millones). Su pérdida o ruptura le causaría problemas. Se trataba de un decantador cónico de cristal, en forma de diamante, en cuya elaboración habían participado los mejores artesanos europeos.

Como buen ciudadano, Driver atendió las instrucciones al pie de la letra y después de algunos minutos y de no pocas preguntas, logró pasar un nuevo lindero.

Nunca, en sus más de 20 años de trabajo en la industria licorera, había recibido el encargo de recorrer el mundo con un ejemplar único, jamás antes fabricado en la historia de las bebidas destiladas. Este objeto, elevado a la categoría de obra artística, constituye el homenaje con el que la casa John Walker & Sons ha querido rendirle tributo a la reina Isabel II con motivo de sus 60 años en el trono de Gran Bretaña. Además, la relación de la destilería escocesa con la monarquía data de 1934, cuando la firma fue aceptada como proveedora de la Casa Real.

Sólo se han fabricado 60 unidades del Diamond Jubilee, en cuyo interior yace un espirituoso elaborado con maltas y whiskies de grano que datan de 1952, año en que la soberana ascendió al trono, tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI. Los ingresos por la venta de las 60 botellas se destinarán al Queen Elizabeth Scholarship Trust, una obra benéfica que opera para estimular los oficios artesanales.

En realidad, la botella del Diamond Jubilee es un ejemplo vivo del trabajo hecho por 60 personas hasta lograr un exclusivo envase de 700 ml que ha ya logrado su lugar en la historia. En este trabajo, iniciado hace cinco años, participaron desde maestros destiladores, fabricantes de cristal, plateros, libreros y talladores, hasta productores de cueros, calígrafos, carpinteros y otros expertos en artes manuales. Justo ahora, cuando la tecnología y las máquinas reemplazan al arte de crear cosas con las manos, este proyecto busca, preservar las tradiciones de un país conocido por grandes creaciones hechas a mano, como, por ejemplo, los vehículos Rolls Royce, entre muchas otras.

La visita relámpago de Driver a Bogotá, el pasado jueves, duró apenas un día, o sea, el tiempo suficiente para exhibir el costoso artefacto ante un grupo reducido de periodistas y clientes de los productos de John Walkers & Sons. Lo hizo poniéndose un par de finos guantes blancos para no dejar huellas sobre el cristal. Los vasos acompañantes son del mismo material y muestran espectaculares tallas con escenas de la campiña inglesa.

Driver admite que el whisky Diamond Jubilee no persigue fines comerciales, sino que busca, por un lado, demostrar la excelencia de la mano de obra británica y europea, y, por otro, crear un nuevo ícono para la compañía. Hasta ahora, el whisky más aristocrático de la empresa era el King George V, categoría superior de la etiqueta de Sello Azul. En escala descendente los siguen conocidos productos como Blue Label, Black Label, God Label, Green Label y Red Label.

El whisky conmemorativo como homenaje a Isabel II fue añejado en dos barricas, hechas con roble inglés procedente de los terrenos aledaños al Palacio de Sandrigham, en Inglaterra, donde la reina pasa algunas temporadas. Es la primera vez que un soberano autoriza el corte de árboles para estos fines.

Además del millón de libras esterlinas donadas por John Walker & Sons a la fundación Queen Elizabeth Scholarship Trust , la casa escocesa, igualmente, le obsequiará a Su Majestad una botella de Diamond Jubilee, con su base de cristal, su caja de lujo y sus vasos acompañantes, lo mismo que un libro cosido a mano y dedicado especialmente a ella. Así mismo, los compradores de las otras 59 unidades recibirán un paquete similar, con dedicatoria personalizada.

Hasta ahora, Driver ha recibido 20 órdenes de compra en Asia y Europa. Y en su viaje a Venezuela, Colombia, México y República Dominicana —los principales mercados de los whiskies Johnnie Walker en la región—, el “mensajero del diamante” espera vender un par de botellas más.

Manos maestras

La botella de Diamond Jubilee y sus accesorios acompañantes —libro, vasos, caja de madera— son el resultado de un trabajo conjunto de 60 artesanos de alto reconocimiento en Gran Bretaña y Europa.

Entre ellos figuran:

- Baccarat Crystal. Esta empresa francesa, famosa por su cristalería de lujo, destinó a ocho de sus mejores artesanos para soplar y pulir el decantador de cristal y su base de cuatro patas.

-Philip Lawson Johnston. Este grabador pertenece al círculo de proveedores de Su Majestad y fue el encargado de adornar los dos vasos que se entregan con la botella.

-N. E. J. Stevenson. Carpintero y tallador de madera. Ejecutó la caja. También es proveedor exclusivo de Su Majestad.

-Laura West. Es profesora de la fundación QEST y la responsable de armar el libro del Diamond Jubilee a mano. La cubierta es de cuero blanco, repujado.

-Sally Mangum. Esta calígrafa, también adscrita al grupo de proveedores de Su Majestad, adornó gran parte del libro. Sus plumas de acero son similares a las utilizadas por Leonardo da Vinci.

* Consulte en internet www.elsibaritaurbano.com

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