Una sola pregunta

EL PRESIDENTE HA GUARDADO SILENcio sobre dos temas que han preocupado a la opinión últimamente: el negocio de finca raíz que desarrollan sus hijos en la Zona Franca de Occidente y los seguimientos que el DAS, organismo de inteligencia dependiente de la Presidencia, les ha hecho a magistrados de la Corte, políticos y periodistas, en su mayoría opuestos por algún motivo al Gobierno.

Por Tomás y Jerónimo Uribe supimos que su padre conocía que estaban emprendiendo ese negocio inmobiliario, lo mismo que él sabe de todos los negocios en los que ellos se involucran. Agregaron que su papá no estuvo muy de acuerdo con que participaran en él pero que, al final, le ganaron la discusión pues prevaleció la consideración sobre el derecho que les asiste a ellos de ser empresarios.

En cambio no sabemos nada sobre la tenebrosa ‘Operación Montesinos’, llevada a cabo por el DAS. De ahí esta pregunta: ¿Sabía usted, Presidente, que el DAS estaba interviniendo los teléfonos, violando la privacidad y escudriñando sin orden judicial que lo autorizara a hacerlo las transacciones financieras y de finca raíz de los magistrados de la Corte con los que usted andaba en una garrotera sin precedentes? ¿Estaba usted enterado de que algo similar estaba haciendo el DAS con los jefes de la oposición, empezando por el ex presidente y director del Partido Liberal, César Gaviria, el presidente del Polo Democrático, Carlos Gaviria, y el senador Gustavo Petro, protagonista en el Congreso del debate sobre la parapolítica? ¿Tenía usted idea de que algo parecido hacía el DAS con otros precandidatos liberales y periodistas críticos de su gobierno y con el director de la prestigiosa ONG Humans Rights Watch, con sede en Washington, José Miguel Vivanco, a quien usted acusó de ser aliado de las Farc? Ya el Vicefiscal General de la Nación y los presidentes de las altas cortes le pidieron, con toda razón (“por ser el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, un órgano de su dependencia”), que se pronuncie directamente “sobre el grave asunto con indicación de las medidas tomadas como garantías de no repetición de los irrespetos, ataques y vejámenes contra la Rama Judicial del Poder Público y particularmente contra la Corte Suprema de Justicia”.

Y ya el ex presidente César Gaviria le había hecho una solicitud similar. Usted es un “frentero”, Presidente, un batallador, un hombre franco a quien le gusta coger el toro por los cachos: ya lo vimos pidiéndole que reconsiderara su renuncia a Mario Aranguren, jefe de la Unidad de Inteligencia y Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda (UIAF), quien afirmó que le envió al DAS toda la información que le pidió sobre magistrados, políticos, etc. ¿Será que usted no dejó ir a Aranguren porque sospechaba lo que estaba ocurriendo en el DAS? Si así fuera, debe decirlo, Presidente, pues, por una parte, usted no es de los que quedan contentos echando el cuento de que todo ocurrió a sus espaldas y, por otra, no sería justo que mirara en silencio cómo caen 33 funcionarios menores del DAS; cómo las autoridades interrogan a sus ex directores de inteligencia y contrainteligencia; y cómo el Fiscal General, en persona, indaga a tres de sus directores.  No sería justo que ello sucediera si usted les hubiera lanzado un guiño siquiera para que investigaran a sus opositores. Y menos lo sería si usted les hubiera ordenado que, por lo menos, siguieran a uno de ellos. Cuéntenos la verdad, Presidente: ¿sabía usted lo que estaba ocurriendo en el DAS?