Untarse de pobre

Catalina Ruiz-Navarro
13 de noviembre de 2014 - 02:00 a. m.

Hace unos días la revista Semana embistió al alcalde con un artículo titulado “El populismo VIP de Petro”.

De Petro se puede decir que le gustan los balcones, que se apropia de forma grandilocuente y megalómana de las frases y poses de Gaitán y que es pésimo administrador, pero también hay que aceptarle que muchas de las ideas que tiene para la ciudad son buenas, necesarias, urgentes, y que la única razón por las que no se han ejecutado antes es porque sus grandes opositores son los que tienen la plata en Colombia.

Es el caso del proyecto de vivienda de interés prioritario para alojar víctimas de la violencia, ubicadas en lo que los medios llaman “sectores exclusivos” (barrios caros) de la capital. Los proyectos buscan disminuir la segregación social por estratos que hay en Colombia, y que se ha convertido en un horroroso sistema de castas con graves consecuencias para la convivencia y la movilidad en las ciudades. Se hará una inversión de $30.000 millones para 372 viviendas cerca al parque de la 93 y otros espacios supuestamente monopolizados por la clase alta colombiana. Se supone que esta es una mala idea porque: a. Petro está loco (un argumento ad hominem), b. No tiene un buen respaldo técnico (¿cómo lo saben si el proyecto está aún en prediseño?) y c. La queja es “por el bien de los pobres” (pobrecitos), que no podrán comprar su comida en Pomona. Otros, más sinceros, han admitido que tienen miedo de que estas personas “sin educación” vengan a vivir cerca porque “aumentará la inseguridad”. En paralelo les parece muy bien que Santos regale casas en condominios segregacionistas lejanos, mal diseñados, hechos a la carrera, sin espacio público o integración a las ciudades.

La ironía es que muchos de los dizque ricos que viven en el Chicó tienen reventadas sus tarjetas de crédito por las compras en el Andino (para las tiendas de El Retiro no alcanza) y viven con la luz cortada (pasándole plata al portero, “un pobre”, para que les apañe el contador mientras “corren a pagar, porque se les hizo tarde”). Una importante mayoría de estos “ricos” tampoco compran en Pomona y Carulla, que son muy caras. En cambio se escurren al Éxito, o manejan largas horas para ir a La 14 u otros supermercados mayoristas en las afueras de la ciudad, donde la comida es más barata. También es mentira que no convivan ahí con esa población “pobre” que anda por las calles cuidándoles los carros, limpiando sus casas, cuidando a sus hijos. El Chicó, además, ya es una de las zonas más inseguras de la ciudad y poca diferencia moral hay entre un ratero que hala celulares en un bus y el que sale de su castillo de mármol con escoltas hacia el Congreso.

Una cosa es cierta. No se trata sólo de construir VIP en predios del Chicó para lograr una interacción social. Se necesitan espacios públicos donde ricos y pobres puedan convivir de manera horizontal y perderse el miedo unos a otros; se necesita fomentar alternativas como plazas ambulantes de mercado (donde las señoras millonarias seguro mandarán a las empleadas a comprar). También urge resolver el dramático problema de transporte público que hace que atravesar la ciudad sea una empresa épica de cuatro horas que los más pobres tienen que vivir cada día para ir a trabajar por un salario mínimo. Finalmente, no basta con construir en estos predios si no se hace un buen diseño y en cambio se construyen corrales para encerrar a “los pobres” en un gigantesco, intimidante e inaccesible panal.

Qué mal parada queda “la sociedad” bogotana al pelar el cobre con su racismo y clasismo. Claramente es mucho más fácil (y chic) unirse a la campaña “Soy Capaz ”que ser en realidad capaz de aceptar al otro, a la diferencia, y acoger y ayudar a las víctimas de la violencia en Colombia. No son “los pobres” los que necesitan educación en convivencia para convivir con los autodenominados “ricos”; son ellos quienes tienen que hacer urgentes ejercicios de autocrítica y tolerancia si queremos salir del conflicto social enquistado en Colombia (que tiene todo que ver con que sea casi imposible la movilidad social).

@Catalinapordios

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar