Publicidad

Vi-Xi-ta

Alberto Carrasquilla
24 de julio de 2014 - 03:58 a. m.

Durante estos días de Julio, varios países de nuestra región recibieron la visita del Presidente de China, Xi Jinping, una de las personas más poderosas e influyentes del mundo.

La correría comenzó en Fortaleza, sede de la sexta versión de la cumbre de los países llamados BRICS, siguió en Brasilia, pasó por Buenos Aires, Caracas y La Habana y terminó en Santiago de Cuba. Caben al menos tres reflexiones.

Primero, como ya lo había hecho en otras regiones del mundo, lo mismo que en su primera visita a estos lares, el Presidente demostró que tiene un no-se-qué poco usual los altos funcionarios de su país, casi siempre un tris robóticos y se ganó la simpatía de una población que ve a la China con una mezcla de pavor, perplejidad y reverencia. El no-se-que le viene de haber visto los beneficios de estar abierto al mundo, habiendo ejercido como administrador en dos de las provincias que más progresaron con la apertura iniciada por Deng Xiaoping: Fujian y luego Zhejiang, desde donde empezó a figurar nacionalmente. Su aire cosmopolita se acentúa con la presencia de su esposa, de segundas nupcias, quien es una cantante muy conocida y admirada y su hija, que estudia en Harvard y, para redondear, a su profesión de Ingeniero Químico le sumó la carrera de humanidades también en la prestigiosa Universidad de Tsinghua, una de las mejores del mundo.

Segundo, el Presidente no vino a mamar gallo sino a seguir poniendo sus cuantas picas en los Flandes de la geopolítica de alto turmequé. China ha puesto varios puntos sobre varias íes que le dan contexto al periplo latino. Uno de ellos, el conflicto territorial en el mar del sur, jaleo centenario con sus vecinos en la zona, Vietnam y Filipinas, en el cual China, muy recientemente, ha hecho explícito su punto de vista con total claridad, generando algún desasosiego internacional. Caso similar ocurre un poco mas al norte, en el mar del este, donde el rifi-rafe es con Japón. La señal, en ambos casos, es muy clara: para que el espectacular crecimiento económico sea sostenible, se requiere petróleo, gas y flujos de comercio internacional. Estos mares tienen todo eso en generosas raciones y ello explica la contundencia de la posición de Beijing. Guardadas las proporciones, similar atractivo revisten Africa, donde el Presidente ya estuvo hace unos meses, y América Latina, que ya –con esta-- ha visitado en dos ocasiones. En su juego de mediano plazo, somos destino de manufacturas y fuente de recursos naturales, incluyendo su transporte que requiere inversiones cuantiosas. Al respecto, se le nota al Presidente cierta impaciencia con ese toque-toque tan típicamente latino y sin duda invitó muy cordialmente a los Castro a acelerar las reformas económicas y a Roussef, tanto como a Kirchner y a Maduro, a estrenar eso que llaman la seriedad.

Tercero, un hecho notable que se materializa en Fortaleza, es la decisión tomada por los BRICS, liderados sin duda por Xi, de fundar un nuevo banco de desarrollo, que podrá competir con el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, y de dotarlo con un capital inicial de US$50 mil millones, lo cual no es ninguna bicoca, especialmente si se tiene en cuenta que también se resolvió crear una línea de crédito contingente por el equivalente a US$100 mil millones. El Banco Mundial, para poner la cifra en perspectiva, tiene un capital pagado de unos US$13 mil millones, y el Fondo Monetario Internacional, tiene créditos otorgados por unos US$130 mil millones, si bien tiene munición para prestar mucho mas.

Nos visitó, pues, un líder con carácter y magnetismo, conocedor del papel del mercado internacional de bienes, servicios, oficios e ideas en la explicación de todos los milagros económicos, incluyendo el de su propio país y un promotor protagónico y entusiasta de la llamada dinámica económica sur-sur. Con su visita, pone la bola en nuestra cancha y, en Colombia, nos obliga a reconsiderar varios componentes de nuestra mentalidad colectiva, so pena de perder el bus. Entre ellas, la indiscutible animadversión hacia el sector minero-energético que nos tipifica, la dificultad en pasar del dicho al hecho, especialmente en materia de infraestructura, y el exceso de paciencia con la lentitud para revisar los estatutos de las entidades multilaterales.

@CarrasqAl
 

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar