Publicidad

Viagra femenino, ¿mercadeo puro?

Columnistas elespectador.com
03 de septiembre de 2015 - 03:57 a. m.

El 18 de agosto la FDA anunció la aprobación -¡por fin!- del viagra femenino. La flibanserina fue aprobada después de más de cinco años de intentos, presentación de estudios y ciertamente de presiones, especialmente de grupos feministas.

La flibanserina fue aprobada para el tratamiento del “trastorno del deseo sexual hipoactivo generalizado” en mujeres premenopáusicas.

La letra menuda advierte que, a diferencia del sildenafil, el producto no genera vasodilatación y, en consecuencia, su efecto no es fisiológico. En realidad se trata de un antidepresivo de uso delicado, contraindicado para uso simultáneo con alcohol, con serias interacciones con, por ejemplo, los anticonceptivos orales.

Pero eso no impidió que una vocera de la FDA afirmara que se trata del “primer producto para la disfunción sexual femenina”.

¿Qué viene? Con seguridad una avalancha de publicidad y mercadeo, para que todas las mujeres “sientan” que su sexualidad es disfuncional y que deben tomar el medicamento permanentemente.

El medicamento fue superior al placebo en magnitudes muy pequeñas y en escalas subjetivas. El producto “aumentó la cantidad de eventos sexuales satisfactorios de 0,5 a 1 evento más por mes a diferencia del placebo, hubo un incremento en el puntaje de deseo sexual de 0,3 a 0,4 a diferencia del placebo y una disminución en el puntaje de angustia relacionada con el deseo sexual de 0,3 a 0,4 a diferencia del placebo”.

No parece muy impresionante, pero en la página de su feliz fabricante se anuncia de manera triunfal que gracias a su “enfoque único”, y con base en “la experiencia del muy exitoso negocio de la salud sexual masculina”, el equipo “asumió la búsqueda de este avance científico y social tan necesario para las mujeres”.

También aparece un nuevo comunicado, con fecha agosto 20, que reza: “Valeant farmacéutica compró Sprout farmacéutica. El valor de la transacción: un mil millones de dólares cash más participaciones en las ventas del producto estrella”.

Un trabajo arduo, dedicado y juicioso que felizmente se vio bien recompensado. Fue necesario inventar una enfermedad (trastorno), generar escalas “validadas”, conseguir publicaciones en revistas, financiar organizaciones de pacientes y realizar los estudios clínicos.

* Director Fundación Ifarma.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar