Publicidad

Vida silvestre

Tatiana Acevedo Guerrero
17 de octubre de 2012 - 11:00 p. m.

Once años han pasado desde que Luis Alberto Moreno hizo carcajear a delegados estadounidenses cuando dijo, al ser preguntado sobre por qué los campesinos protestaban por las fumigaciones: "Yo he sido bañado en glifosato y hasta ahora no me ha pasado nada. Lo único es que dejé de crecer".

“Glifosato nocivo en anfibios”, “Indígenas rechazan fumigación aérea”, “Crecen narcocultivos pese a lluvia de pesticidas”, y así. Titulares casi idénticos se repiten desde 1992. Asociaciones de base, ONG y comunidades realizan manifestaciones casi cotidianas para denunciar daños en sus animales, cultivos y piel.

Hoy, pocos se atreven a garantizar las bondades absolutas del herbicida. Epidemiólogos y científicos sociales han registrado los peligros de la aspersión. Recientemente, economistas ortodoxos han concluido que la estrategia no es efectiva en la reducción de cultivos ilícitos. También encontraron, al analizar un conjunto de historias médicas, que la fumigación aérea incrementa la probabilidad de presentar problemas dermatológicos y de sufrir abortos.

Y la cosa se pone peor. La cantidad de herbicida diseminado por hectárea ha aumentado de 8 litros en 2002 a 12 actualmente. Además, hace algunos meses EE.UU. dejó de donar el glifosato y en días pasados se denunció que el nuevo glifosato (chino) adquirido por la Policía Antinarcóticos tuvo que ser devuelto, pues la compañía importadora reconocía que podía ser tóxico para formas de “vida silvestre”.

Pese al consenso sobre sus consecuencias exclusivamente negativas, no se discute el cese de fumigaciones. Dos décadas de glifosato no han desencadenado la furia radial ni la indignación bogotana. ¿Será porque se considera que afecta “sólo” al medio ambiente? ¿Porque se cree que las comunidades fumigadas son parte de ese medio ambiente? ¿Vida silvestre?

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar