Vuelta en U de la economía

José Roberto Acosta
17 de abril de 2010 - 03:38 a. m.

La enrarecida coyuntura económica interna prueba la indisciplina de política económica del Gobierno, el cual, a pesar del gran favor de la coyuntura externa de estos últimos ocho años, nunca presentó superávit fiscal consolidado y para este año es probable que cierre con déficit fiscal primario, según investigaciones de funcionarios del Banco de la República, poniendo en duda la sostenibilidad de la deuda pública, pues este guarismo no era negativo desde el año 2002.

Las exportaciones se concentran en las tradicionales: petróleo, carbón, oro, con grave caída del café, mientras las no tradicionales, generadoras de empleo, nada que levantan cabeza, cayendo 16,4% en año completo hasta febrero pasado, más bajas que en el peor momento de los mercados mundiales y con perspectivas bastante difíciles por la revaluación y la pérdida de Venezuela como cliente, contradiciendo comunicados oficiales que hablan de un “exitoso proceso de diversificación” no sustentable con los hechos.

En materia de empleo, nada se hizo, por el contrario, en número de desempleados y subempleados este Gobierno cierra en récord y ni su inicial reforma laboral, ni sus sectoriales exenciones tributarias, fueron un efectivo impulsor de absorción de mano de obra, la cual, por su bajo poder adquisitivo, explica el más bajo dato de inflación en cincuenta y cinco años.

En lo social, la creciente inequidad habla por sí sola, no basta con haber subido el ingreso per cápita de la población si la brecha entre ricos y pobres aumenta tan ofensivamente como en esta última década, con la ayuda de una política fiscal regresiva que hasta intentó aplicar el IVA a los alimentos de la canasta familiar en fallida reforma tributaria que buscaba compensar la caída de ingresos de las grandes empresas, beneficiadas con acuerdos de seguridad tributaria, y la disminución de aranceles como consecuencia de TLC, firmados con socios de menos importancia que Estados Unidos, con quien no funcionó el lobby, casi exclusivo a los republicanos, al tiempo que aumentaron los conflictos con varios países de la región.

Rematando, la caída de la Emergencia Social evidencia el desespero e improvisación final y la necesidad de replantear un modelo económico cuyo debate se omite y no es para todos, a pesar de cosas buenas que no se pueden negar.

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