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"Penélope y sus zapatos de tacón"

La actriz española más cotizada de Hollywood fue la primer mujer de su país en recibir un Oscar. Su próxima película, ‘Piratas del Caribe’, que protagoniza junto a Johnny Depp, será estrenada este año.

Fabián Waintal
08 de enero de 2011 - 02:00 a. m.

Mientras Salma Hayek y Jennifer López prefieren un perfil más bajo, dedicándole su tiempo a la crianza de los hijos, Penélope Cruz sigue ganando terreno, convirtiéndose en la superestrella latina de Hollywood.

Con tres nominaciones al Oscar y una estatuilla en casa (dos en verdad, si sumamos la de su pareja, Javier Bardem) Penélope se ha convertido en un nombre casi obligatorio para las nuevas superproducciones. A la hora de agregar más glamour, la llamaron a ella para la segunda película de Sex and the City. Y sin Keira Knightley ni Orlando Bloom en el camino, el próximo filme de Johnny Depp sobre Los Piratas del Caribe contará con buen acento español, gracias a Penélope Cruz.

¿Al trabajar con Johnny Depp en la película  ‘Piratas del Caribe’, va a volver a trabajar con el mismo director Rob Marshall que le ayudó a conseguir una tercera nominación al Oscar con la película ‘Nine’?

Sí y me apetece mucho volver a trabajar con él porque nos hemos entendido muy bien en el rodaje de Nine. También nos gustaría volver a hacer otro musical juntos, en algún momento.

Pero la película ‘Nine’ no tuvo el éxito esperado, a pesar de su nominación al Oscar ¿Qué cree que pudo haber pasado?

A mí me encantó la película y me siento muy afortunada de haber podido ser parte de este rodaje. Trabajar con ese grupo maravilloso de actrices y con Daniel Day Lewis, que es uno de mis actores favoritos del cine… No podía pensar en la nominación sin pensar en cada uno de ellos porque fue un trabajo de equipo, de grupo. Todo el mundo dejaba los egos en su casa para estar ahí ayudándose los unos a los otros, sabiendo que a cada uno le iba a llegar el momento de terror, de tener que enfrentarse a algo tan nuevo como la canción o el baile. Algunos de ellos ya habían cantado alguna vez, habían hecho musicales o lo habían hecho en Broadway, pero para muchos de nosotros era la primera vez y todos teníamos miedo. La verdad es que fue una experiencia muy feliz ese rodaje. Un trabajo muy duro, pero muy satisfactorio y que me ha dado muchas alegrías.

El Oscar y nada menos que tres nominaciones consolidan su trabajo en Hollywood...

¡Hombre! Cada vez que ocurre algo así es un paso más en esa dirección, pero en el momento en que vuelves a un rodaje otra vez, te enfrentas a un nuevo personaje, a un nuevo trabajo y las cosas cambian. Tienes que demostrar lo mismo cada vez, sobre todo a ti mismo. En mi caso, sí, lo que me exijo es que me siga importando tanto como me ha importado siempre, incluso el miedo sano que acompaña a un actor, siempre tiene que estar ahí, esa inseguridad que yo creo que nos acompaña a todos tiene que estar.

 ¿De verdad se  siente insegura?

Creo que ni un Oscar, ni dos, ni cuatro, lo borran, creo que es imposible. Eso va tan de la mano con la profesión de un actor... Y eso es lo único que importa: seguir encontrando material donde no pueda dejar de pensar en esa historia, en ese rol que me haga sentir la necesidad de pasar unos meses caminando de la mano de ese personaje. A mí me da mucha felicidad cuando lo encuentro. Por eso decidí trabajar menos e intentar escoger mejor dónde quería poner toda esa energía. Por ejemplo, el año pasado terminé en febrero de rodar Nine y no he vuelto a rodar nada, hasta ahora.

¿Se volvió más exigente?

No. Cuando hacía cuatro películas al año me estaba quedando sin el tiempo de preparación, de búsqueda, de quién es este personaje, esta persona con la que estás intentando entenderte. Cuando tienes ese tiempo es vivir la mitad de la experiencia de un rodaje. La parte que a mí más felicidad me da se quedaba afuera. Eso fue un poco lo que hizo que cambiara mi sistema a la hora de elegir, y a la hora de ser más valiente y decir que “no” cuando algo no me convencía del todo. Pero ahora soy consciente de que soy una privilegiada por poder elegir. Es algo que nunca paso por alto ni dejo de valorar y quiero seguir creciendo y aprendiendo.

¿Cómo hace para que no se le suba el éxito a la cabeza?

Pienso que es más sano, no enterarse de todo, no disfrutarlo todo. Hay una parte de ti que te dice: “¿De verdad está pasando esto?”. Seguramente es mejor así. Te da un poquito de distancia, y es muy importante cuando cosas relacionadas con la profesión, cosas tan buenas, tan especiales te ocurren, recordando a todas las personas que han estado siempre apoyándote, confiando en ti. Pera mí eso es lo más importante. Considero que rodearte de gente con los pies en la tierra, gente honesta que siempre te va a decir la verdad es lo más importante para no salir volando. Y es algo que no me interesa nada. La arrogancia es el fin para cualquier artista y cualquier persona.

¿Es verdad que en realidad no le gusta vivir para nada en Hollywood?

A mí me gusta mucho Nueva York porque viví ahí dos años cuando era muy jovencita, me encanta esa ciudad. A Hollywood vengo de vez en cuando por estar trabajando aquí en Los Ángeles, desde hace ya tantos años. Me gusta mucho la ciudad, pero no me gusta para vivir aquí el año entero. En Nueva York... es mucho más fácil fijar la atención en otros temas. Como yo digo siempre, me siento como un estudiante más, ¿no? Es una ciudad en la que a mí siempre me dan ganas de meterme en cursos de lo que sea. Eso no pasa tanto en Hollywood porque es más un negocio y hay mucha obsesión con la industria. Es lógico, es la ciudad dentro del país que mueve esta industria, donde están todos los estudios, o la mayoría. Es normal, pero creo que para un actor es mejor no estar todo el tiempo aquí. Es una opinión muy personal. Esta ciudad se ha portado muy bien conmigo y me encanta y tiene muchas cosas buenas, pero si tuviera que elegir, elegiría Nueva York.

¿Y así como se le abrieron las puertas cree que su éxito abrirá más puertas a otras actrices hispanas?

Conteste lo que conteste, es muy fácil dar lugar a una mala interpretación y me da miedo. Creo que he tenido mucha suerte, porque he sido una de las primeras personas a las que se les ha dado la oportunidad de trabajar aquí con continuidad. No te puedo decir que eso sea cien por cien mérito mío. He tenido la oportunidad de trabajar en Europa con Pedro Almodóvar, que ya tenía las puertas abiertas. Mi trabajo aquí se empezó a ver por mi trabajo con esos directores en Europa. Son cosas que se van sumando. Eso es lo que ha hecho que yo lleve unos años con la posibilidad de trabajar aquí y seguir trabajando en mi país y en el resto de Europa. Haber tenido que dejar aquello, para mí hubiese sido imposible. Yo todavía necesito seguir trabajando en mi propio idioma. Pero pienso que tengo mucha suerte de poder compaginarlo con los trabajos que hago aquí. El hecho de que se haya abierto esta puerta viene de muchos años. Todo, todo cuenta, cada paso.

Cuando el año pasado había dado otro paso en la alfombra roja del Teatro Kodak, Penélope Cruz no había querido ilusionarse. Ya la habían nominado antes al Oscar, con la película Volver, de Almodóvar, y Marion Cotillard le robó de las manos aquel sueño que parecía imposible. Recién cuando le tocó “volver” con la segunda nominación, gracias a la película de Woody Allen y la excelente actuación en Vicky Cristina Barcelona, Penélope se convirtió en la primera actriz española que recibió un Premio Oscar. Casi un año después, todavía quedan en la memoria sus lágrimas y la pregunta: “¿Alguien alguna vez se desmayó aquí?”. Con una tercera nominación por la película Nine, este año fue diferente. Por un lado, ya se había “vengado” de Marion Cotillard, porque habiendo trabajado en el mismo musical de Nine, Penélope resultó ser la única nominada del elenco superestelar y además las estadísticas también habían favorecido a la ganadora Mo’nique, con la película Precious. Pero una tercera nominación al Oscar no le quita ningún mérito a la gloria. Todo lo contrario.

¿Qué tan diferente le resultó ir al Oscar, la última vez, como “ganadora” en vez de una simple nominada?

Fue genial por las cosas que no recuerdas. Realmente, cada momento es tan intenso que me gustaría recordarlo todo, para siempre. Al final, lo que recuerdo es sólo una sensación, pero si me preguntas qué pasó la noche que gané, no tengo ni idea.

¿Cómo fue que se enteró de la tercera nominación?

Yo estaba tan convencida de que no iba a salir… se siente raro levantarse para ver si exhiben tu nombre, ¿no? Me enteré una hora más tarde, me hizo muchísima gracia.

Está a punto de llorar. ¿Le emociona con sólo recordarlo?

Es algo que no te deja de sorprender o de emocionar y de ilusionar. El hecho de que sea la tercera vez… al revés, más todavía lo valoro y más todavía me emociona e ilusiona por la generosidad que ha tenido la Academia conmigo.

Antonio Banderas me comentó que le hubiese encantado verla con una parejita de Oscar. ¿Cree que alguna vez le llegará el turno a él ?

¡Pues claro que se lo merece! Y estoy segura de que le va a ocurrir. Es un actor maravilloso. Es una persona muy generosa, se ha portado muy bien conmigo. Yo siempre le deseo lo mejor. Es un tío encantador, generoso, humilde, listo como él solo. Tiene algo muy especial y es muy buen actor.

Sabiendo que la fotografía es uno de sus más preciados ‘hobbies’, me pregunto si le ha podido sacar una foto a su estatuilla del Oscar junto con la de Pedro Almodóvar o incluso la de Javier Bardem...

No, no he hecho una foto con los Oscar de ellos. Creo que hice una con el de Fernando Trueba (director de la película Belle Epoque). Pero es una buena idea, lo haré cuando llegue. Te lo prometo.

Por Fabián Waintal

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