Fue presentada la cruda realidad de las madres y cómo el cambio de modelo comunitario al corporativo, a través del Banco de Oferentes, generó que empresas de gran capital y prestigio ganaran los contratos de atención a menores y tercerizaran el trabajo de las madres.
Lo más complejo es que hay millonarios convenios con entes territoriales como Antioquia y Barranquilla, que aportan presupuesto, pero se podrían direccionar para obtener respaldo en elecciones.
En medio de esta puja y la protesta de las madres se logró un acuerdo para retomar la atención de los menores a cambio de contratos serios, derechos de sindicalización y pensión. Y lo más importante, mejorar la alimentación de los menores.
Por El Espectador
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