Turismo

La ciudad después del dragón

Numerosos monumentos, castillos nacidos de leyendas y los vestigios más emblemáticos de la historia reciente, como los campos de concentración nazi, son los lugares más destacados de esta ciudad de Polonia.

Redacción Buen Viaje
30 de marzo de 2016 - 04:30 a. m.

Cracovia pareciera reunir todos los ingredientes para convertirse en un banquete especial de unas vacaciones que se conectan con la naturaleza, el arte, la cultura y la historia. Gran parte de su acervo se debe a que fue capital de Polonia durante la Edad Media y hoy sigue siendo un atractivo para los polacos, que tiene intereses en actividades económicas, académicas y científicas, y los viajeros extranjeros.

Incluso, las leyendas sobre su fundación llaman la atención. Una de ellas cuenta que un dragón vivía en una cueva en la colina de Wawel, protegida por una espesa maleza que nadie quería pasar. Nadie, excepto cinco jóvenes decididos a demostrar que era mentira. Armados con piedras y antorchas entraron a la guarida del monstruo para darse cuenta, en menos de lo que pensaban, que un enorme dragón los perseguía. Desde ese día, la criatura llegaba al pueblo diariamente y se llevaba una víctima: una oveja, un hombre o un niño.

La gente pidió ayuda a Krakus, un legendario príncipe, algunos lo llamaban mago, que preparaba pociones con hierbas para curar enfermedades y quien, tras mucho pensar, decidió untar una oveja con una mezcla de ingredientes y dejarla en la cueva del dragón. Lo que siguió fue la escena del animal corriendo con rugidos desesperados hacia el río Vístula, de donde bebió, según algunos, casi la mitad del agua para intentar apagar lo que lo quemaba por dentro. De repente, una explosión acabó con la vida del dragón y el drama para este pueblo que, en honor a su salvador, se llamó Kraków (Cracovia en polaco). Desde entonces, los elementos históricos siguieron creciendo hasta que su centro se convirtió en Patrimonio de la Humanidad. ¿Cómo visitar este extraordinario lugar?

El primer paso puede ser la Barbacana, una construcción defensiva edificada en ladrillo en 1498 y ubicada en la parte exterior de lo que antes fue una muralla. Es el punto de acceso a la ciudad antigua y también escenario de diferentes celebraciones que se realizan en su patio circular.

A un par de cuadras está la puerta de Florianska, una torre del siglo XIV y uno de los puntos de acceso a la ciudad, que hoy da paso a una calle del mismo nombre llena de tiendas, hoteles y restaurantes, y a la plaza de mercado, una de las zonas más movidas en donde también yacen atractivos como la Basílica de Santa María, el Mercado de Los Paños y la Torre del Ayuntamiento.

Uno de los imperdibles es el castillo de Wawel, construido precisamente sobre la colina en la que se han desarrollado todas las leyendas sobre los orígenes de la ciudad, una estructura de estilo renacentista de más de mil años de antigüedad, hogar de los reyes de Polonia durante la Edad Media hasta que la capital se trasladó a Varsovia en el siglo XVII.

Además de estos sitios emblemáticos, antes de partir de Cracovia, se sugiere visitar los antiguos campos de concentración Auschwitz I y Auschwitz-Birkenau, ubicados a un poco más de una hora en carro desde Cracovia. El recorrido comienza con un dramático documental de quince minutos y continúa con el recorrido por donde fueron aglomerados más de un millón de judíos exterminados por el nazismo. Una experiencia conmovedora que permite conocer de cerca uno de los episodios más dolorosos de la historia de la humanidad a través de fotografías de las víctimas y miles de objetos que les fueron decomisados.

Cracovia sabe lo que representa y no queda duda de que es uno de los destinos ideales para viajeros que buscan maravillarse con riquezas arquitectónicas y una historia que se puede palpar con los cinco sentidos.

Por Redacción Buen Viaje

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