Palisade, Colorado, 11 de junio de 2016. Era una tarde de verano. La mañana había transcurrido entre caminatas, visitas a viñedos y recorridos por fincas de lavanda. Sabíamos que el almuerzo, al igual que los demás planes, sería al aire libre, en el Palisade River Ranch, como señalaba el itinerario. Las fotos mostraban un lugar verde, con lago, rodeado de montañas y varias especies de animales. Llegamos en una carroza, lo cual de entrada ya lo hacía especial. Nada de lo que vimos o imaginamos antes era comparable con la realidad.
Es un rancho privado con más de 40.000 hectáreas, de ambiente fresco, tranquilo y relajado. Tan lejos de la ciudad como para escuchar sólo el ruido del entorno natural, pero tan cerca del pueblo como para suplir cualquier necesidad. Cameron y Jen nos dieron la bienvenida. Él, inglés. Ella, estadounidense. Una pareja de esposos que después de haberse casado en Palisade en 2006 y vivido durante nueve años en el Reino Unido, decidió darle un giro a su vida y trasladarse a donde todo empezó.
“Nuestro hogar es sinónimo de tranquilidad y plenitud. No podíamos quedarnos con esto nosotros solos, sentimos la necesidad de compartirlo. Así que un día tomamos la decisión de adecuar una casa para recibir huéspedes y pensamos en actividades que pueden hacer los turistas que visitan el Oeste de Estados Unidos”.
Tally Ho, como se llama la casa de huéspedes, tiene capacidad para ocho personas. Cuenta con tres habitaciones, dos baños, aire acondicionado, secador de ropa, garaje, calefacción, internet, lavadora, cocina con todos los implementos, bicicletas, libros para niños y adultos, juegos de mesa y televisor.
En cuanto a actividades de ocio, el Palisade River Ranch ofrece observación de aves, paseo en barco, turismo ecológico, cabalgatas, ciclismo, pesca con mosca, kayak, canotaje, escalada en roca y senderismo. Los amantes del silencio podrán pasar horas enteras a orillas del río Colorado, que cruza justo a un costado del rancho, mientras disfrutan de la compañía de animales de la zona, como venados.
Sin duda, un lugar que incita a la libertad y a la reconexión de quienes lo visitan. Ideal para las parejas que buscan escaparse por unos días del trajín diario, para grupos pequeños o familias que viajan con niños y mascotas, pues todos son bienvenidos. El precio promedio por noche es de $480.000 (incluye la alimentación) y la estadía mínima es de tres días.