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Viaje por los lugares que fueron escenarios de Star Wars

La séptima entrega no sólo logró reavivar el fanatismo por la saga, sino despertarlo en las nuevas generaciones. Conozca algunas de las localizaciones más emblemáticas en donde se ha rodado esta historia.

Esteban Dávila
17 de abril de 2016 - 06:14 p. m.

Ya lo decía Bergman, el cine traspasa nuestra conciencia para tocar nuestras emociones. Más que un arte, es una fuerza capaz de mover a los seres humanos, unas veces más que otras. Es precisamente por eso que muchos fanáticos emprenden pequeños peregrinajes para conocer las locaciones más emblemáticas de sus películas favoritas, dando origen a una tendencia que se conoce como set jetting, un juego de palabras que viene de la expresión jet set.

Una de las sagas que más viajeros está movilizando es Star Wars (La Guerra de las Galaxias), que en diciembre del año pasado estrenó su séptima entrega. Túnez, Noruega, Italia e Irlanda son algunas de las locaciones que acercan a cientos de viajeros a esta galaxia.

Residencia Real, Sevilla

Naboo es un planeta que aparece en la segunda trilogía y que a diferencia de los anteriores luce más opulento y sus escenarios mucho más elaborados. Basta con ver la plaza de España, en Sevilla, para comprobarlo. Haciendo su debut en el episodio II: El ataque de los clones, esta estructura semicircular con elegantes puentes venecianos y las torres más altas de la ciudad representa el palacio de la senadora Padme Amidala (Natalie Portman).

La plaza comenzó a construirse en 1914. El objetivo: convertirse en el edificio principal de la Exposición Iberoamericana de 1929. Hoy se mantiene casi intacta y funciona como sede de gobierno y teatro. Su imponencia la ha llevado a ser elegida escenario de películas como Lawrence de Arabia, El dictador, Ocho apellidos vascos y series como Game of Thrones.

La cuna de los Skywalker, Túnez

Ningún recorrido por el mundo que tenga que ver con Star Wars puede dejar fuera a Túnez. Los áridos desiertos de este país, con sus cuevas milenarias, le dieron vida a Tatooine, el planeta de Luke Skywalker (Mark Hamill), protagonista de la primera trilogía, y de su padre Anakin Skywalker (Hayden Christensen), protagonista de la segunda. El recorrido debe empezar por el hotel Sidi Driss, en Matmata, hogar de los bereberes y las casas trogloditas. La granja en la que se crío Luke antes de emprender su aventura galáctica permanece casi intacta. También vale la pena conocer Chott el Jerid, una planicie salina con un lago rosado, y Medenine, en donde se encuentra la casa de Anakin. Desde allí no es difícil llegar a la isla de Djerba, que además de aguas color turquesa, perfectas para el windsurf, es la locación de la popular cantina de Mos Eisley, el puerto espacial donde Han Solo (Harrison Ford) aparece por primera vez.

Nueva generación, Abu Dabi

El estreno de The force awakens a finales del año pasado trajo a la saga nuevos planetas, entre ellos Jakku. En el hogar de Rey (Daisy Ridley), que cobra vida en dos locaciones del desierto de Liwa, en Abu Dabi, transcurre por lo menos el primer tercio de la película. Su éxito ha impulsado la creación de una instalación temática gigante basada en esta historia de otro mundo.

La atracción incluiría los dos sets usados en el desierto —entre los que se encuentra el mercado de chatarra de naves espaciales— además de una estructura de 100 metros de alto con la forma de la base Starkiller, que se está construyendo sobre la fachada del edificio Aldar HQ, el primer rascacielos circular.

Final de película, Great Skellig

Aunque sólo apareció durante un par de minutos en la última entrega de Star Wars, esta empinada isla, también conocida como la Roca de San Miguel, flota al suroeste de Irlanda. Aquí cobra vida el primer templo Jedi de la galaxia, en el que transcurre una de las escenas más intensas de la saga. Se trata de un magnifico paisaje a 12 kilómetros de la costa que hace más de un milenio fue habitado por monjes que vivían en cabañas de piedra con forma de colmena.

Star Wars, sin embargo, no es la única conexión de Great Skellig con el espacio exterior. De hecho la isla, al igual que el condado de Kerry, al que pertenece, hacen parte de una de las tres reservas Gold Tier International Dark Sky, gracias a que la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda pueden verse sin necesidad de equipos astronómicos. La isla, que se encuentra deshabitada en la actualidad, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y puede visitarse entre los meses de mayo y septiembre.

Por Esteban Dávila

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