Impacto mujer
Dejando huella

De la guaracha a Mozart: el sello latino de la soprano Julieth Lozano

La destacada soprano colombiana lleva el sabor latino a la ópera mundial. La ganadora del premio del público en el prestigioso concurso internacional de la BBC habló con El Espectador de su regreso a los escenarios colombianos a protagonizar “Las bodas de Fígaro”.

José David Escobar Franco
15 de julio de 2023 - 02:00 p. m.
El próximo 21 y 23 de julio, Julieth Lozano interpretará a Susanna, protagonista de “Las bodas de Fígaro”, ópera clásica de Mozart, en una versión adaptada, en el teatro Metropolitano de Medellín.
El próximo 21 y 23 de julio, Julieth Lozano interpretará a Susanna, protagonista de “Las bodas de Fígaro”, ópera clásica de Mozart, en una versión adaptada, en el teatro Metropolitano de Medellín.
Foto: Bernardo Borghetti

Julieth Alejandra Lozano Rolong no acepta que le digan que es “la mejor soprano del mundo”, como ha hecho la prensa. Se le acuñó el título luego de ganar el BBC Cardiff Singer of the World Competition y recibir el premio del público de manos de la diva Kiri Te Kanawa. Es la primera mujer latina en hacerse con ese reconocimiento y se lo ganó tras interpretar la Salida de cecilia, una pieza de la zarzuela cubana Cecilia Valdés. Sin embargo, considera que decir que es la mejor del mundo es injusto. Para ella, el premio es más bien la confirmación de que su arte “es bien recibido y de que el público en muchas partes del mundo se identifica o se conecta con lo que comparto”. Eso la hace sentir ganadora.

Hace poco más de 10 años la bogotana dejó su pregrado en ingeniería en la Universidad Javeriana para estudiar música en la Universidad Central. Hoy es maestra en interpretación y artista en ópera del Royal College of Music en Londres y canta en las principales plazas de Europa. El próximo 21 y 23 de julio, Julieth Lozano interpretará a Susanna, protagonista de Las bodas de Fígaro, ópera clásica de Mozart, en una versión adaptada al contexto contemporáneo de Colombia que se presentará en el teatro Metropolitano de Medellín, bajo la dirección del también galardonado Andrés Orozco-Estrada. La soprano habló con El Espectador sobre el sello latino que le ha impreso a la ópera.

Usted se ha autodenominado como una actriz que canta. ¿Cómo es la preparación para el personaje de Susanna en “Las bodas de Fígaro”?

Sé que muchos actores y actrices no se sienten de la misma manera, porque obviamente sus carreras también requieren un tipo de trabajo diferente al nuestro. Sin embargo, lo que hacemos en el escenario es teatro con música. Por eso, para mí es importante que el enfoque se centre en la parte escénica. La voz puede transmitir muchas emociones, pero si no hay un mensaje detrás, si no hay una idea clara de cuál es mi objetivo, la voz por sí sola no puede llegar realmente a esos rincones del alma. Por eso es tan importante entrenarse tanto en el canto como en la actuación.

Inicialmente trabajo la música por separado para dominar al máximo mi técnica vocal, y también trabajo el personaje de forma separada desde el punto de vista actoral. Tengo algunos métodos y herramientas de trabajo, pero la base es el texto. Luego integro ambos aspectos, porque a veces nosotros, como seres humanos, experimentamos emociones intensas. En el caso de Susanna, en Las bodas de Fígaro, ella pasa por una montaña rusa de emociones. Cuando uno está muy emocionado o triste, la voz puede cerrarse. Es como un instinto que tenemos, porque la garganta es como la puerta del alma. Encontrar ese equilibrio ha sido un proceso interesante y hermoso. Saber cuándo se une el canto con la actuación es un desafío maravilloso. Llevo muchos años tratando de alcanzar un equilibrio.

Las bodas de Fígaro no es una ópera nueva para mí, pero cada vez que la interpreto se siente como si fuera una nueva ópera. Es una nueva exploración y dependiendo de las personas con las que comparto el escenario, la energía es diferente.

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¿Cómo será distinta esta Susanna de las versiones que ha interpretado en el pasado?

Creo que haber situado esta producción en el contexto colombiano le otorga al personaje una fuerza adicional. Como soy colombiana y mis colegas también, la energía que podemos transmitir se ve reflejada en nuestra interpretación. Es mucho más impactante cuando encuentras un personaje con el que te identificas por completo, alguien que no es ajeno a tu realidad. Cuando estaba en Bogotá vivía en Kennedy, y me parecía que Susanna podría ser mi vecina. Esa conexión es muy poderosa cuando estás en el escenario, y pienso que compartir esa experiencia con mis compañeros, que también sienten esa conexión con sus personajes, hará que sea aún más intenso que en funciones anteriores en las que he participado.

Llegó a Medellín desde los escenarios de la ópera en Europa, ¿cómo se diferencian de la escena de la ópera en Colombia?

Son mundos distintos. En ciertas ciudades es más común o normal tener varias casas de ópera que presentan varias producciones al año. Así como hay otros géneros musicales, la ópera es un género más. En Medellín se está abriendo un camino para compartir diferentes géneros musicales, incluyendo la ópera. En este género los cantantes y los participantes deben ser casi como atletas. Creo que vale mucho la pena compartirlo con la gente y mostrar lo que el ser humano puede lograr con su voz. Aunque parezca sorprendente, dos de las sopranos que estaremos allí medimos solo un metro cincuenta, y los sonidos que produciremos pueden ser abrumadores. Creo que este es un mensaje muy poderoso que vale la pena escuchar aquí en Colombia: tu voz importa y podemos hacer cosas maravillosas.

En términos de calidad vocal, de hecho, considero que el elenco con el que estamos ensayando aquí en Medellín es uno de los mejores en los que he tenido el privilegio de participar a nivel mundial. He estado en varias producciones de esta ópera en diferentes lugares, y este elenco destaca tanto en habilidades vocales como en actuación. Siento una integralidad que rara vez se encuentra, y es un verdadero lujo poder decir que todo el elenco conoce este país y creció aquí. Lo que van a escuchar aquí, en mi opinión, es incluso mejor que muchas de las óperas que he cantado en Europa. No pretendo ofender a nadie, simplemente me parece que la calidad que encontramos aquí es excepcional.

¿Considera que compartir idioma y contexto cultural con el elenco impacta la producción?

Sí, completamente. Siento que existe una picardía, una especie de entendimiento sin palabras entre nosotros durante los ensayos. Entre los colombianos, por ejemplo, nos comprendemos con un gesto, con una mirada, sabemos lo que queremos decir sin necesidad de palabras. Esto a veces reduce el tiempo de ensayo, ya que nos entendemos tan bien. Lo maravilloso es que también hemos construido una energía muy especial entre nosotros. En los ensayos, al menos puedo hablar por mí misma, me siento segura y libre para crear en presencia de estas personas. La vergüenza desaparece por completo y entramos en un espacio precioso donde podemos ser artistas, lo cual es fundamental. Creo que esto está relacionado con la calidez que tenemos los colombianos y nuestra capacidad de comunicación.

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Ha llevado una apuesta latina a Europa, no solo ha incluido piezas latinoamericanas en su repertorio, sino que usa atuendos que reflejan la identidad de la región. ¿Cómo se recibe allá lo latino?

¡Ha sido maravilloso! La verdad es que nunca imaginé que mi actuación sería recibida de esta manera. En el concurso de la BBC, para mí era importante llevar un poco de lo que considero que nos hace diversos, y no se trataba solo de mostrar elementos típicos de Colombia. De hecho, incluí una pieza cubana y otras de Brasil y Argentina. Quería mostrar un poco de ritmos y elementos diferentes con los cuales siento que nos identificamos, porque la realidad es que cuando te preguntan qué es un colombiano, somos una mezcla tan diversa que es difícil especificar cómo somos. Quería mostrar esa variedad y diversidad, especialmente porque este año no había otros latinoamericanos en la competencia. Sentí que valía la pena representar también a nuestra parte del mundo.

La verdad, es que nunca imaginé que mi actuación sería recibida de esta forma. La gente tiene muchos estereotipos sobre lo que es un latinoamericano y lo que es un colombiano. Es una lástima que estos estereotipos no sean positivos. Creo que se sorprendieron enormemente no solo por la forma en que interpreté con la orquesta y cómo logré que tocaran guaracha cubana, sino también por la variedad que mostré en las canciones. Les mostré otros aspectos y colores de lo que somos, como la elegancia y la vulnerabilidad. No se trataba solo de ritmos para bailar. Fue una experiencia integral. Todavía hoy la gente me escribe con videos diciendo cómo les encanta la música, preguntándome si voy a lanzar un disco y mostrando interés por mi país y las canciones específicas que interpreté. Incluso me preguntan si pueden visitar ciertos lugares de Colombia. Son cosas realmente hermosas que llegan a lo más profundo de mi alma y me reconfortan. Valió la pena tomar ese “riesgo”, entre comillas, de no seguir un repertorio tradicional y explorar nuevas direcciones.

Es que, en esta competencia, mi deseo era que mis padres, quienes quizá no conocen mucho sobre ópera, pero han estado siguiendo mi carrera durante una década, se sentaran y escucharan al menos una o dos piezas en las que ellos se sintieran inmediatamente identificados. Mi mamá no está familiarizada con la zarzuela y no sabe exactamente qué es, pero apenas comenzó a escuchar los ritmos, vi cómo se levantaba a bailar. Lo presencié mientras veíamos el video juntas en Zoom, y sin que ella lo supiera, eso era exactamente lo que quería que la gente aquí sintiera: “Hey, conozco este ritmo”.

¿Quiénes han sido sus mayores influencias musicales?

Crecí escuchando vallenatos, cumbias, salsa y merengue. En mi casa, cuando entras, parece que estuvieras en la costa, aunque estamos en Bogotá, porque mis papás son costeños. Mi mamá es de Barranquilla y mi papá es de Cartagena. Esa fue la música con la que crecí. Sin embargo, en mi camino me encontré con mucha otra música. Mi abuelo era tolimense, así que le encantaba la música andina y la música de los Llanos. Se sentaba con su guitarra y comenzaba a contar historias, mezclando el canto y el habla. También le fascinaban los cantos de vaquería y toda esa música colombiana fue una verdadera inspiración para mí al comienzo de mi carrera.

Con el tiempo fui añadiendo otros géneros que se volvieron parte de mi carrera. He visto a muchos cantantes de diferentes partes en el mundo lírico. Uno de mis ídolos, de hecho, es la soprano Kiri Te Kanawa, quien me entregó el premio del público. Muchas de las óperas que aprendí las estudié escuchando sus grabaciones. Tener ese momento en el que ella me entregó un premio, no podía creerlo. Pensaba: “¿Es este un sueño absurdo?”.

¿Pudo conversar con la soprano Kiri Te Kanawa?

De hecho, mi historia con ella comenzó hace mucho tiempo. El premio del público que recibí de ella ya lo había otorgado previamente, por lo que no tenía ninguna influencia en ello. Fue una coincidencia muy especial en mi vida. Cuando llegué por primera vez a Londres tuve la oportunidad de participar en una clase magistral, y fue ella quien la impartió. Desde el principio ella habló conmigo y me dio muchos consejos sobre cómo cuidarme y cómo navegar por este camino artístico.

Cuando decidí quedarme en Londres, hace aproximadamente cuatro años, fue la fundación de ella la que me proporcionó una carta que me permitió obtener una visa de artista para poder quedarme. Guardo esa carta como un tesoro y planeo enmarcarla. Volver a encontrarme con ella en esta competencia fue realmente hermoso. Cuando me dio el premio, me dijo que tuviera mucha valentía para lo que viene.

¿Podremos ver alguna influencia de la música colombiana que tanto la ha marcado en “Las bodas de Fígaro”?

Creo que sí, habrá momentos. Les planteo un desafío que es algo que me encanta hacer con las óperas de Mozart. A veces, en determinadas piezas, arias o canciones, se pueden percibir sonidos que parecen merengue. Hay varios momentos en los que uno piensa: “¡Podría bailar esto en una fiesta!”. Los reto a identificar esos momentos.

José David Escobar Franco

Por José David Escobar Franco

Periodista de investigación y asuntos internacionales. Internacionalista con énfasis en América Latina y el Caribe.@JoseD_Escobarjdescobar@elespectador.com

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Lares(24179)15 de julio de 2023 - 03:18 p. m.
Qué maravilla, Julieth! Me encantaría escucharla. Ya creo haberla escuchado en el Hay Festival de Cartagena, y me sedujo. Pensé que llegaría muy lejos, y resulté profeta. Aunque soy paisa de pura cepa, desde hace ya bastantes años resido en Cartagena con mi mujer. Le deseo lo mejor.
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