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Estrangular no está de moda

El fotógrafo Terry Richardson, acusado de incitar a la violencia con un trabajo para la revista 'Vogue'.

Almudena López, El País
25 de septiembre de 2012 - 03:17 p. m.

El fotógrafo americano Terry Richardson (1965), uno de los más influyentes de las últimas décadas conocido por introducir en la moda imágenes subidas de tono, ha vuelto a provocar polémica con su trabajo entre asociaciones que luchan por los derechos de la mujer. El origen es la portada del último número de Vogue Francia, en su edición para hombres, que muestra al modelo Marlon Tereixa agarrando con fuerza a su compañera Stephanie Seymour. En 2010 dirigió otra campaña para Sisley que también generó malestar por ofrecer una imagen de una mujer en la que se intuía que estaba siendo 'acosada sexualmente'. (En este enlace puede ver algunas fotos).

Para esta ocasión, cuatro instituciones americanas (Sanctuary for Families, Safe Horizon, Equality Now y Newy York Chapter of NOW) se han unido para denunciar que 'ahogar a una persona oprimiéndole el cuello no es una actitud propia del mundo de la moda y por tanto no debería utilizarse para vender revistas'. Han escrito una carta al director de la publicación, Conde Nast, en la que lamentan lo 'ofensiva' y 'peligrosa' que resulta la fotografía porque 'ensalza la violencia contra la mujer mientras esta mantiene relaciones sexuales'.

Estos grupos hacen referencia a un estudio realizado en 11 ciudades que indica que el 43% de las mujeres asesinadas por sus parejas había sufrido al menos un intento de estrangulamiento. También le han pedido a la editora de la publicación que retire el ejemplar, ya que, al ser una revista 'de carácter internacional, aparece en numerosas estanterías y tiene una enorme influencia entre hombres y mujeres jóvenes', y que se comprometa a no recurrir a la violencia para vender.

En los últimos meses, uno de los trabajos del fotógrafo que más curiosidad ha despertado han sido unos retratos de la actriz Lindsay Lohan, donde aparece con una pistola en la boca y en otra semidesnuda con un escueto sujetador. Muchos críticos sostienen que su trabajo, sexualmente explícito, es una especie de venganza del niño tímido e inadaptado que fue. 'Trabajo mucho mi psicología a través de mis fotos', reconoce. 'Procesas tu vida, tu infancia, tu madre, tu padre. Lo mismo con la gente a la que fotografío. Siempre he explotado mucho lo sexual, pero nunca le pido a nadie que haga algo que yo no haría'.

El mundo de la moda y la publicidad se mueve en ocasiones en lo políticamente incorrecto. El pasado año, la edición francesa de Vogue utilizó en su portada del mes de enero a tres niñas de cinco años en actitudes adultas, sensuales y provocativas, con vestidos de Versace, joyas de Bulgari y taconesde Balmain. En 2007 el Observatorio de la Imagen del Instituto de la Mujer solicitó a Dolce & Gabbana la 'retirada inmediata' del anuncio en el que un hombre sujeta por las muñecas a una mujer postrada en el suelo mientras otros cuatro contemplan la escena; los diseñadores retiraron únicamente las fotos de la campaña del mercado español y declararon que con esta polémica 'España se ha quedado un poco atrás'.

Por Almudena López, El País

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