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Las venas de las hojas de espinaca se parecen a los vasos sanguíneos del corazón humano. Esta similitud permitió que investigadores norteamericanos transformaran las ramificaciones vegetales en posibles tejidos cardiacos, a través de la bioingeniería. Es decir, los conductos de la planta por donde el agua y los nutrientes se encauzan hacia las células, podrían servir como arterias, venas y capilares para el buen funcionamiento de un corazón. (Lea: Azar podría ser principal causa del cáncer)
De esta manera, los científicos retiraron las células vegetales de la espinaca, minorando las hojas hasta una fina piel de celulosa. Luego, sobre esta cobertura fueron cultivadas células madre del corazón. Así, mediante las venas vacías de la planta, se condujo los fluidos necesarios para que el material sembrado constituyera un nuevo tejido. Ahora humano.
La idea surgió ante la compleja tarea de la bioingeniería al regenerar tejidos cardíacos. Una labor difícil incluso para las innovadoras técnicas de la impresión 3D. De hecho, la investigación está sustentada en la “necesidad de órganos y tejidos disponibles para los trasplantes, ya que más de cien mil pacientes pueden encontrarse en lista de espera por algún donante. Sin embargo, un promedio de 22 personas muere cada día esperando la oportunidad”.
La técnica de la Universidad de Wisconsin-Madison (UW) junto Arkansas State University-Jonesboro (ASU) es un progreso para el método de injerto desarrollado en las últimas décadas. Un avance en la ingeniería tisular, o de tejidos, debido a la limitación de las redes vasculares, los cuales tienen la función de distribuir y recoger la sangre por todos los rincones del cuerpo humano. Y que ahora mismo, son difíciles de patentar por la ciencia.
En este caso, el uso de estructuras vegetales es una alternativa económica y respetuosa con el medio ambiente. Dado que el rápido crecimiento de las especies vegetales, según los nueve investigadores, “proporcionan un material de andamio menos costoso, más abundante y sostenible” a los pacientes con problemas del corazón. Incluso, estos reemplazos tisulares podrían aplicarse a otro tipo de órganos, o huesos, con base a la estructura de la madera.
El artículo, liderado por ambas facultades estadounidenses, fue publicado este mes en la plataforma científica Elsevier bajo el título “Reinos de cruce: Usando plantas decelularizadas como andamios de ingeniería de tejidos perfusables”.