“Enero seco”: ¿cuáles son los beneficios de abstenerse de consumir alcohol durante un mes?

En el corto plazo, abstenerse de consumir de alcohol ha demostrado tener una serie de beneficios para la salud de personas. Mejores hábitos, menor presión sanguínea y una disminución de riesgo de cáncer y diabetes han sido algunos de los efectos documentados de la abstinencia en nuestros cuerpos.

02 de enero de 2024 - 01:18 p. m.
En Colombia alrededor del 84 % de las personas entre los 12 y 65 años, según un estudio reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), aseguran haber consumido una bebida alcohólica alguna vez en su vida. / Pixabay
En Colombia alrededor del 84 % de las personas entre los 12 y 65 años, según un estudio reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), aseguran haber consumido una bebida alcohólica alguna vez en su vida. / Pixabay
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En enero, luego de las fiestas de Navidad y de Fin de Año que suelen venir acompañadas con la ingesta de bebidas alcohólicas, se ha popularizado un reto que consiste en abstenerse de consumir alcohol a lo largo del mes. Denominado como ‘Dry January’ (Enero Seco, por su traducción al español), lo que se busca es reducir las calorías ingeridas, evitar el aumento de la presión sanguínea y el daño a órganos como el hígado, así como para obtener ciertos beneficios psicológicos.

Pero, ¿existen realmente beneficios de frenar el consumo de alcohol durante un mes? De acuerdo con estudios, hay puntos positivos para hacerlo en lo que respecta a la salud de personas no dependientes a esta sustancia. En contraste, investigadores apuntan a que aún faltan más datos para determinar sus efectos en el largo plazo.

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De manera general, en Colombia alrededor del 84 % de las personas entre los 12 y 65 años, según un estudio reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), aseguran haber consumido una bebida alcohólica alguna vez en su vida. De estos, el 54,5 %, informaron haberlo hecho en los últimos 12 meses, mientras que el 30,1 % en el último mes.

Esto es clave, pues los Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia nacional de salud pública estadounidense, clasifica dos tipos de consumo: el moderado, que consiste en consumir entre una y dos bebidas alcohólicas al día, mientras que un gran consumidor, es catalogado como aquel que ingiere entre 8 y 15 al mes.

Para conocer los efectos frenar el consumo durante un mes, una investigación publicada en la Revista Médica Británica (British Medical Journal) reclutó a 94 voluntarios y le pidió dejar de tomar durante este periodo de tiempo. Vale señalar que los participantes fueron definidos como grandes y moderados consumidores, que bebían en promedio 258 gramos de alcohol a la semana y que no tenían dependencia a la sustancia.

Ciertos resultados, apunta el estudio, indican que aquellos que frenaron en consumo registraron beneficios en salud no registrados en aquellos que continuaron tomando. En los abstemios se observó una disminución del 6 % de la presión sanguínea, la pérdida de 1,5 kilogramos de pesos y su resistencia a la insulina (que refleja el riesgo de desarrollar diabetes) disminuyó en un 25 %.

“No lo anotamos en el reporte final, pero los participantes también se sentían mejor, mejoraba su concentración y podían dormir mejor”, contó Kevin Moore, autor del estudio y profesor de hepatología del University College de Londres a Live Science. El equipo observó estos resultados después de ajustar los cambios en la dieta, el ejercicio y el tabaquismo, por lo que estos cambios podrían estar relacionados con el consumo de alcohol de las personas.

Los investigadores detectaron, además, que los niveles de proteínas asociadas con el desarrollo de cáncer como el factor de crecimiento epidérmico (EGF) y el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) disminuyeron alrededor de un 73% y un 41%, respectivamente. En este punto, el equipo investigador aclaró que, aunque esto podría sugerir que el consumo de alcohol promueve el desarrollo de cáncer cuando este ya está presente en el cuerpo, hace falta aún más información para establecer este vínculo.

Otro estudio publicado en 2023 en la revista Alcohol, el cual analizó resonancias magnéticas de personas afectadas por el consumo problemático de alcohol, encontró que la abstinencia en el corto término puede permitir la regeneración de tejidos del cerebro.

“Nuestro equipo y otros investigadores han observado una rápida recuperación del volumen cerebral en múltiples regiones del cerebro durante dos a cuatro semanas de abstinencia en personas con trastornos por consumo de alcohol”, explicó Timothy Durazzo, autor principal del estudio y profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Universidad de Stanford, en un artículo de Vice.

Por su parte, un estudio publicado en 2016 descubrió que, incluso seis meses después, las personas que habían participado en “enero seco” bebían alcohol una media de un día menos a la semana y consumían casi una copa menos cada día que bebían, en comparación con su consumo de alcohol antes de la pausa. En otras palabras, más allá de los beneficios inmediatos para la salud, el “enero seco” puede ayudar a romper malos hábitos y reflexionar sobre el papel que el alcohol desempeña en su vida.

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Uno de los elementos, indican los investigadores, es que estos hallazgos empiezan a aclarar el panorama sobre los efectos de la abstinencia en el cuerpo humano, aun así, estos insisten que en casos de consumo problemático, las personas afectadas deben buscar ayuda especializada.

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