Parece fantasía pero fue posible. Un equipo de investigadores en Estados Unidos logró volver invisible, desde cualquier ángulo de observación, un objeto tridimensional. La investigación, publicada en New Journal of Physics, revela que gracias a un procedimiento es posible ocultar un cuerpo ordinario dentro del espectro de las microondas.
¿Qué quiere decir esto? Las microondas son ondas electromagnéticas que se encuentran en el rango de 300 megahertz a 300 gigahertz. El objeto que utilizaron los científicos, un cilindro de 18 centímetros de largo, pertenece a ese grupo.
Ya antes habían realizado experimentos para ocultar cuerpos utilizando materiales que desviaban la luz. Para que cualquier ser humano pueda percibir un cuerpo con la mirada, es necesario que la luz entre al objeto y rebote. De modo que estos experimentos, a través de una “alfombra de cobertura”, curvaban la luz alrededor de los objetos, desapareciéndolos por completo.
En esta ocasión, los investigadores utilizaron un material denominado metamaterial plasmódico, que no permite que la luz rebote sino que se anule. “Cuando los campos dispersos de la capa y el objeto interfieren —aseguró Andrea Alu, del Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de Austin—, se anulan el uno al otro y el efecto general es la transparencia y la invisibilidad en todos los ángulos de observación”.
En otras palabras, el metamaterial plasmódico canaliza la luz y deja que el objeto desaparezca. La BBC explica que este material es, en esencia, un negativo fotográfico del objeto cubierto.
Esto no quiere decir que un ser humano no pueda ver el objeto. A simple vista, el cilindro sigue presente; en este experimento, dentro del rango de las microondas, el objeto desaparece. Además, el metamaterial está adaptado al objeto que debe ocultar y así es imposible que una sola cubierta sirva para varios cuerpos.
¿Para qué sirven estos resultados? Pese a que el objeto sólo desaparece en cierto espectro electromagnético, Alu asegura que es interesante seguir probando con el mismo método en otros rangos de frecuencia.
Volver invisible un objeto al ojo humano todavía parece bastante lejano. Sin embargo, manejar la dirección de la luz podría tener aplicaciones biomédicas y ópticas, asegura Alu.