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El mito del buen gerente

En un sector que se precia de su desempeño en el mercado suele ser fácil olvidar cómo el éxito usualmente se construye sobre los hombros del fracaso.

Santiago La Rotta
22 de mayo de 2015 - 02:33 a. m.
Dave Goldberg, empresario.
Dave Goldberg, empresario.

La leyenda siempre dirá que Apple era un experimento fallido de miles de millones de dólares hasta la llegada de Steve Jobs, el visionario que transformó una empresa en decadencia en un emporio que supo hacer una mezcla ideal entre las posibilidades de la tecnología y la manufactura y el deseo popular de una nueva generación de consumidores. La leyenda también siempre hablará del fuerte carácter de Jobs, una persona que muchos han tildado de tiránico y que, más allá de su genialidad, se destacó por ser un gerente eficaz, quizá, pero despreciable por momentos, momentos entre 8:00 a.m. y 5:00 p.m. para algunas personas.
 
¿Qué hace a un buen líder? Muchas cosas y quizá sea imposible saberlo con total certeza. Así que la pregunta tal vez deba ser otra. ¿Qué permite que un proyecto sea exitoso? Aunque en esa respuesta pueden mediar cientos, si no miles, de variables, con cierta seguridad podría decirse que ser original es parte de la ecuación del éxito. “No estoy diciendo que equivocarse es ser original, pero a menos que se esté preparado para equivocarse, no se podrá construir algo original”. Las palabras son de sir Ken Robinson, un experto en educación, quien cuenta con una de las conferencias más vistas de  TED, en la que habla acerca de cómo el sistema educativo puede masacrar la creatividad.
 
Hay varias cosas que sorprenden de la muerte del empresario Dave Goldberg, ocurrida cuando se resbaló de una trotadora mientras estaba de vacaciones en México con su familia y amigos. Una muerte absurda, fue llamada. Pero hay muchas cosas más que impresionan de su vida, de la forma como hizo negocios durante varias décadas en el corazón de Silicon Valley, un lugar que, siempre mirando hacia el futuro, se define a sí mismo a través del éxito. Goldberg, la verdad sea dicha, fue siempre un gran admirador del fracaso. Y también fue un hombre exitoso.
 
Robinson vibra en una onda similar a la de Goldberg en un sector industrial en el que tener éxito suele ser una variable cuantificable, únicamente. “Uno quiere contratar buena gente y darle la oportunidad de fallar. Es necesario que cada uno se dé cuenta de cómo funcionan las cosas en la marcha. Si alguien fracasa repetidamente, esto probablemente constituya una persona diferente, pero si se les quita la oportunidad de fallar, no hay crecimiento ni se experimentan nuevas cosas”.
 
Goldberg tuvo una carrera plena de buenos momentos, que comenzó a los 26 años cuando logró que Yahoo! comprara su primera empresa, llamada Launch Media, por US$12 millones. La empresa, cofundada con un amigo de toda la vida, les permitía a sus usuarios descubrir nueva música. Con la adquisición, el empresario pasó a ser el director de Yahoo Music durante varios años antes de salir para una firma de capital de inversión por un corto tiempo. Luego de esto, Goldberg compró SurveyMonkey, un servicio de encuestas en línea que tenía en ese momento (2009) 14 empleados; hoy cuenta con más de 500 y está valuado en casi US$2 mil millones.
 
A la entrada de su funeral, los organizadores dispusieron una especie de clóset para que los invitados pudieran colgar sus corbatas, una prenda que toda la vida detestó el fallecido empresario. A la ceremonia, celebrada en Stanford, fue un amplio perfil de personajes, desde buena parte de la junta directiva de Disney (que aplazó su entrega de resultados financieros para que no coincidiera con las exequias), pasando por George Lucas y Ben Affleck, hasta Bono, quien interpretó una versión de One en la mitad de la ceremonia, a la que se calcula asistieron unas 1.700 personas.
 
Goldberg se destacó por ser una de las personas que impulsaron un estilo de vida acaso extraño y quizá en vía de extinción en muchas industrias, que incluía salir de la oficina temprano para pasar tiempo con sus hijos y familia. “Para mí, salir de la oficina a las 5:30 es un asunto que tiene tanto de elección propia, como de ofrecerle esa posibilidad a mi equipo”. La esposa de Goldberg es Sheryl Sandberg, gerente de operaciones de Facebook y una de las mujeres más respetadas en la industria. Juntos han impulsado una visión en la que vivir en la oficina no es un sinónimo de productividad ni eficiencia.
 
El empresario también era, de cierta forma, alérgico a las reuniones y mantenía un estándar estricto de no más de tres de estas a la semana. “No nos gusta contratar gente que sólo ha estado en compañías grandes porque suelen tener la mentalidad de que su trabajo consiste en tener reuniones, y esto simplemente no funciona”, contó en una entrevista meses antes de su muerte.
 
En últimas, el estilo gerencial de Goldberg, aunque en una gran escala, estaba más relacionado con la forma como se manejan las empresas pequeñas, la llamadas startups, en las que suele primar la creación, el amor por la idea y el concepto. Esto a su vez tiene que ver mucho con algo que decía el mismo Jobs: la mejor forma de matar una compañía es permitir que las personas a cargo no sean ingenieros, diseñadores, creadores, sino la gente de ventas.

Por Santiago La Rotta

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