Emprender en el mundo de los videojuegos y triunfar: la historia de Etermax

Cómo un gurú argentino de este sector tuvo éxito en medio de una crisis global y local.

Brian Winter - Americas Quarterly
12 de enero de 2017 - 05:55 p. m.
Cortesía - Maximo Cavazzani.
Cortesía - Maximo Cavazzani.

Si pudieras escoger un momento y un lugar para comenzar un negocio, probablemente Argentina en 2009 no estaría en el primer lugar de tu lista.

La crisis económica mundial estaba haciendo estragos. Argentina estaba todavía inmersa en la fase financiera “transgresora” que había sido fruto del incumplimiento de pagos del gobierno y de la consiguiente pelea con sus acreedores. Suma todo eso y el resultado era que no había acceso a créditos para un joven emprendedor como Máximo Cavazzani, quien tenía apenas 23 años y estaba sufriendo para crear una empresa de aplicaciones móviles en un pequeño espacio en la fábrica de textiles de su padre en Buenos Aires.

En retrospectiva, fue “la mejor realidad posible”, según Cavazzani. La falta de financiación forzó a su compañía, Etermax, a ser disciplinada desde el primer día. El modelo en el cual los startups gastan y gastan su efectivo con la esperanza de algún día lograr tener ganancias nunca fue una opción. Esto hizo que Etermax fuera magra, eficiente y conservadora. Mientras tanto, la crisis tuvo un lado positivo: los ingenieros de software argentinos costaban algo así como la mitad de lo que cuestan hoy, cuenta Cavazzani.

“Este país es un gran filtro para emprendedores”, Cavazzani le dijo a AQ en su oficina de Buenos Aires. “En Silicon Valley algunas personas tienen una idea, al segundo día crean la compañía y al tercer día tienen un millón de dólares para comenzar. Aquí, tuvimos que generar suficiente capital para poder cumplir con la nómina desde el comienzo. Esto te enseña rápido qué es lo importante. Y, bueno, era la única realidad que tenía ¿no? Esta era la única Argentina que conocía. No había otra opción”.

Esa adversidad inicial forjó a Etermax, la creadora de varias apps, incluyendo Trivia Crack, que durante un buen trecho entre 2014 y 2015 fue la aplicación móvil gratuita más descargada del mundo en la tienda de Apple, y que ahora está disponible en más de 15 idiomas. Desde entonces, la compañía se ha expandido hasta tener más que 250 empleados y, en 2016, Mattel Games la escogió para desarrollar la nueva app de su juego clásico Pictionary. El crecimiento ha sido tan rápido que el padre de Cavazzani ahora está sacando su negocio de la vieja fábrica para que Etermax pueda tener las instalaciones.

La historia de Cavazzani es prueba de que los países que atraviesan crisis, en vez de ser una barrera al emprendimiento, son muchas veces un gran laboratorio. En América Latina, de las seis empresas emergentes tecnológicas “unicornio” (aquellas cuyo valor es o excede los mil millones de dólares), cuatro fueron fundadas por argentinos. Esto también se puede conectar con los altos niveles de educación que durante mucho han hecho de Buenos Aires una plataforma de despegue para compañías tecnológicas.

Lo que separó a Trivia Crack del montón no fue tanto su diseño o programación, sino el contenido: preguntas de trivia que eran igualmente graciosas y oscuras y que cautivaron a los jugadores de inmediato. Cavazzani también entendió que el buen contenido requiere que la gente interactúe e intercambie ideas, así que en vez de la clásica mezcla de Silicon Valley de jornadas largas y trabajo desde la casa, implementó un horario relativamente flexible de 9:00 a.m. a 6:30p.m., que sin embargo requiere que todo el mundo esté presente en la oficina.

En el futuro, a Cavazzani le gustaría ver a los argentinos adoptar más plenamente su naturaleza emprendedora. La mayoría de niños crecen queriendo ser Lionel Messi, pero Cavazzani sugiere sutilmente que en Argentina, como en otros lugares, los emprendedores de alto nivel ganan más dinero que los futbolistas. Hay una buena razón por la que los argentinos no están al tanto de esto, dice Cavazzani. “Nadie conoce las caras de los 10 billonarios argentinos que están en la lista de Forbes. No salen en televisión. No dan consejos. Están extremadamente escondidos”.

Esto es en parte a causa de riesgos de seguridad y en parte debido a que el escrutinio a que los medios someten a los empresarios exitosos en Argentina muchas veces puede ser destructivo. Cavazzani admite que, para él, también “es más fácil estar en la sombra”. Pero dice que está intentando tener un perfil más alto, participando en organizaciones como Endeavor, asistiendo a conferencias y hablando con los medios.

Un ecosistema más variado de emprendimiento ayudaría a crear más empleos y sacaría a Argentina de sus problemas económicos. Quizás de esa manera, un futuro Máximo Cavazzani no tendría que lidiar con tal adversidad cuando comience su compañía, como dice él mismo. “Esta es la salida para que no tengamos más crisis en el futuro”.

Este artículo hace parte de la serie “Los Cinco Emprendedores más destacados de América Latina” producida por la revista Americas Quarterly.

Por Brian Winter - Americas Quarterly

 

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