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Hasta dónde llega la libertad de expresión en Facebook

Varios casos en Brasil llevan a pensar en cómo se interpretan y se ejercen derechos fundamentales a través de internet y en las redes sociales.

Global Voices - Netizen Report
19 de octubre de 2016 - 05:43 p. m.
Flickr: Ze'ev Barkan
Flickr: Ze'ev Barkan

Las tensiones entre los ciudadanos y las autoridades de Brasil aumentaron recientemente, poniendo a prueba en Facebook las leyes sobre difamación, especialmente restrictivas, que rigen en este país. (Lea Los filtros de Snapchat le permiten a víctimas de violencia sexual contar sus historias")

El 10 de octubre, un juez ordenó el bloqueo a nivel nacional de Facebook por una página que se burlaba del alcalde Udo Dohler, candidato a la reelección en Joinville, una ciudad en el estado de Santa Catarina. El fallo del tribunal establecía que el contenido fue “evidentemente creado para ofender al candidato, dado que sus publicaciones, a pesar de contener una cierta dosis de humor, incluyen constantes ataques y agresiones contra el candidato”. El fallo también exigía que Facebook revelara la dirección IP del administrador de la página y ofreciera a Dohler el derecho a responder al contenido.

El fallo parece contradecir la ley electoral brasileña que protege la libre expresión atribuida en internet durante el período electoral (la expresión anónima está prohibida en Brasil). Aunque la ley también protege el derecho del sujeto a responder, no queda claro cómo puede infringirse este derecho en una plataforma en línea como Facebook, en donde el derecho a comentar está integrado en el sistema mismo. Esta ley también prevé una pena para quien aloje los contenidos ofensivos.

Facebook le dijo a los medios de comunicación brasileños que había acatado la decisión de eliminar la página dentro del plazo establecido, y por tanto no debería ser penalizado con el bloqueo o una multa. Anatel, el organismo regulador de las telecomunicaciones en Brasil, no hizo ningún comentario sobre la decisión.

De inmediato se creó una nueva página con el mismo título que ahora tiene poco más de 200 seguidores.

En otro caso, la actriz y presentadora de televisión brasileña Mônica Iozzi fue condenada a pagar 30.000 reales (aproximadamente US$10.000) por publicar en Instagram una foto del juez del Tribunal Supremo Gilmar Mendes con la palabra “cómplice” escrita en mayúsculas junto a su imagen.

Iozzi se refería al caso del exmédico especialista en fertilidad Roger Abdelmassih, quien fue declarado culpable de la violación y abusos sexuales de al menos 37 pacientes mujeres en su clínica entre 1995 y 2008. Inicialmente, Abdelmassih fue arrestado en 2009 y estuvo detenido en prisión preventiva durante cuatro meses hasta que el juez Mendes le concedió el habeas corpus. Aunque poco después fue declarado culpable de las acusaciones, el tribunal le permitió permanecer en libertad mientras preparaba su recurso de apelación. Entonces huyó a Paraguay, en donde permaneció hasta ser capturado y extraditado por agentes del orden federales paraguayos.

Mendes argumentó que la foto dañaba su imagen pública al insinuar que era cómplice de prácticas delictivas. El tribunal, que falló a su favor, afirmó que Iozzi “excedió su derecho a la libertad de expresión”. (Lea "Cómo un canal indio de YouTube se volvió un referente en contenido educativo")

Esta no es la primera vez que Mendes acusa a periodistas de difamación. En 2014 pidió una indemnización de 150,000 reales (aproximadamente US$50,000) del famoso bloguero izquierdista brasileño Luiz Nassif, que criticó a Mendes por interferir en un proceso que prohibiría la financiación privada de las campañas políticas. El tribunal falló a favor de Nassif.

*La versión original de este texto fue publicada por Global Voices. La traducción es de Sonia Ordóñez. Licencia Creative Commons.

Por Global Voices - Netizen Report

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