Lo que pase con Snapchat tendrá implicaciones para muchos otros en tecnología

La supuesta entrada a bolsa de la aplicación podría tener implicaciones para otras empresas, como Uber y Airbnb, así como para el desarrollo futuro de tecnología.

Redacción Tecnología
16 de noviembre de 2016 - 07:35 p. m.
Bloomberg
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Era apenas cuestión de tiempo: Snapchat parece estar en camino de entrar a la bolsa.

La noticia la reportó primero la agencia Reuters y al poco tiempo medios como The Wall Street Journal o The New York Times estaban publicando detalles de lo que sería la IPO (Initial Public Offering, por sus siglas en inglés) de uno de los mayores nombres en el mundo de las aplicaciones.

De acuerdo con la información publicada, toda fundamentada en fuentes anónimas, la compañía buscaría entrar a cotizar sus acciones en la bolsa para marzo de 2017. La idea sería entrar al mercado con una valoración pública de más de US$30.000 millones, lo que la pondría casi a la par de Alibaba o Facebook, cuando cada una de estas entró al mercado de acciones públicas.

Snapchat concentra más de 100 millones de usuarios activos y más de 60% de éstos tiene entre 13 y 24 años, lo que la convierte en un blanco deseado para los anunciantes, desesperados por tratar de llegarle a una generación que consume de otras formas, a través de otros canales.

La noticia lleva una carga de profundidad financiera que, a la vez, podría tener implicaciones serias en el desarrollo de tecnología.

En 2016 ha habido una caída de 41% en la cantidad de empresas de EE.UU., con valoraciones de más de US$50 millones, que entran a la bolsa. Esto con respecto a los datos de 2015. A su vez, Snapchat es el primero de los llamados unicornios que entraría a cotizarse públicamente.

Unicornio es una denominación, floja por demás, para referirse a las empresas de tecnología que logran amasar inversiones privadas de más de US$1.000 millones. Estamos hablando de compañías como Uber o Airbnb, por mencionar sólo dos de los grandes en este terreno. Snapchat está cerca de los US$2.000 millones en inversiones privadas.

Además de esto, Snapchat es uno de los jugadores más relevantes en el campo de las aplicaciones de mensajería, uno de los terrenos más dinámicos y competidos en el ecosistema móvil. Allí se enfrenta a titanes como iMessage, Wechat o WhatsApp; ésta última es propiedad de Facebook, compañía que intentó comprar Snapchat y fracasó, por cierto.

Entonces, lo que suceda con Snapchat puede, en buena parte, determinar el camino de más salidas a bolsa o no. Y esto, al menos tangencialmente, toca la forma como estas compañías continúan desarrollando sus productos, evolucionando en su tecnología.

No hay una sola de estas empresas que se haya constituido con el fin exclusivo de hacerle bien al mundo y ya. Todas dicen que quieren hacer esto, o al menos intentarlo, pero la razón ulterior de su existencia es devolverle dinero a los inversionistas, privados o públicos.

Por eso, el alcance y éxito de su tecnología está ciertamente condicionado por sus resultados financieros. Y una vez en la bolsa, el escrutinio de los inversionistas es más intenso, así que las posibilidades de jugársela por apuestas más arriesgadas, o de ir por blancos menos obvios, puede decrecer considerablemente.

La entrada a la bolsa es un proceso traumático, cuando menos. Facebook tuvo un desempeño mediocre la bolsa durante sus primeros meses en ella. La volatilidad de un mercado que se guía por la incertidumbre y las predicciones de ciertas voces hicieron que la compañía invirtiera duro en otros servicios para acallar esos pronunciamientos. La compañía es hoy en día una máquina de generar ingresos y ha intentado, además, capturar parte del público de Snapchat mediante la introducción de funciones similares a través de Instagram, otro de sus productos.

Facebook es el caso de éxito: en su más reciente cuarto fiscal, la compañía registró una subida en ingresos de más de 50%, en comparación con el mismo periodo en 2015, o sea poco más de US$7.000 millones, provenientes principalmente de ventas de publicidad en línea.

Twitter, por otro lado, representa un escenario de cómo una IPO quizá puede minar el desempeño de una compañía. “Wall Stree se muere por que estas compañías entren al mercado público. Y cuando lo hacen, las trata como basura. La misma historia de siempre. En un mundo en donde el capital de inversión no fuera el sistema circulatorio de la industria, las mejores compañías privadas deberían seguir siendo privadas”, escribió Sarah Lacy, unas de las analistas de tecnología y emprendimiento más agudas en Silicon Valley.

Lo que suceda con Snapchat seguramente marcará un derrotero para otras empresas de su tamaño, por un lado. Por el otro, también podría tener implicaciones en el mercado de la mensajería instantánea y, con ella, la esperanza de miles de anunciantes y comercios que esperan llegar a nuevas audiencias a través de estas plataformas.

Por Redacción Tecnología

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