Trastornos alimenticios en los pequeños

El aumento de consultas médicas de niños con trastornos alimenticios es un hecho preocupante que vale la pena mirar de cerca. Una psicóloga nos orienta al respecto.

Por Manuela Lopera

21 de marzo de 2013

Trastornos alimenticios en los pequeños

Uno de cada nueve niños entre los 10 y los 13 años sufre algún trastorno relacionado con la alimentación debido a varios factores. Según expertos, cada vez los menores prestan más atención al cuidado del cuerpo y al sobrepeso, un asunto que antes sufrían en etapas posteriores. Según la psicóloga, Ana María Mejía, cuando un niño deja de comer y presenta síntomas de anorexia, bulimia u obesidad, hay que ir más allá.

A estas edades, la obesidad es uno de los fantasmas que más persigue a los niños pues perciben que los gorditos son a menudo discriminados tanto por adultos como por sus propios compañeros. El mundo del entretenimiento es uno de los grandes responsables de los complejos y las frustraciones de los menores debido a los ídolos mediáticos que impulsan. A esas edades idealizan esos personajes, y se dan cuenta que su realidad está lejos de ser perfecta.

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Desde el punto de vista psicológico, los niños son vulnerables porque no saben cómo lidiar con ciertas situaciones de angustia o estrés que los llevan a desarrollar problemas de alimentación. “Existe una historia personal que induce al niño a tener este tipo de conductas”, afirma la especialista Mejía. En ese sentido recomienda mirar con detenimiento cada caso particular y remitirse a los padres, pues son ellos quienes dan pautas de crianza y los directos relacionados con los síntomas que sus hijos presentan.

Posibles causas:

•Es posible que un niño con trastornos en la alimentación pase mucho tiempo solo y que se sienta poco comprendido.

•Un cambio familiar como el divorcio de sus padres, la pérdida de un ser querido, el cambio de ciudad, cambios en su colegio, el famoso matoneo o ‘bullying’.
“Los trastornos alimenticios son síntomas de una angustia presente que se manifiesta a través de comportamientos erróneos que involucran la comida”. Dice Ana María.

Comunicación: una herramienta fundamental para superar estos trastornos

Es común que cuando se presentan estos desequilibrios los padres tarden en descubrir que hay un problema. Esto hace que el mal tome ventaja y corra el riesgo de convertirse en un trastorno crónico. Por esto, la comunicación entre los padres y los hijos es clave. Es importante que los adultos observen a los niños, hablen permanentemente con ellos acerca de su día a día y de los diferentes asuntos del hogar. Cuando ocurre una situación difícil a menudo los pequeños son dejados a un lado, esto es un error pues ellos tienden a formarse sus propias interpretaciones. “Los niños tienen capacidad de entendimiento y es necesario contarles las cosas tal y como son”, explica la psicóloga.

Padres en acción

•Es importante que los adultos estén presentes en el hogar.

•Los padres deben estar atentos a los cambios de comportamiento que presenten los niños. La práctica exagerada de ejercicio, la pérdida del apetito, la ansiedad al comer y los cambios abruptos de estados de ánimo son conductas que pueden indicar trastornos.

•Es necesario reforzar el vínculo afectivo y apropiarse de la situación.

•Buscar ayuda profesional es un paso acertado en pro de la solución de estas situaciones.

•Supervise las actividades de su hijo. Controle el tiempo y la manera como interactúa en internet y con sus amistades.

•Fortalezca la formación en valores y actividades afectivas. El lazo emocional es fundamental para prevenir los trastornos.

•Acompañe los horarios de alimentación de los niños. Establezca pautas alimenticias que vayan acompañadas de explicaciones sobre la importancia de la buena alimentación en la salud de la familia.

•Es importante establecer una relación afectiva y emocional a la hora de compartir los alimentos. Esto hace que la familia se reúna en torno a un ritual que va más allá de lo físico y que tiene que ver con su deseo de bienestar y afecto. 

Por Manuela Lopera

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