Dicen que Santa Catarina es como tener un pedacito de Europa en el sur de Brasil. Además de ser un lugar de contrastes, abundan los agricultores italianos y los industriales alemanes. Florianópolis, su capital, combina playas vírgenes con una increíble infraestructura turística y construcciones coloniales con edificios que dan cuenta de su vertiginoso desarrollo, que la ha convertido en una de las urbes del país más apetecidas para vivir. ?
Durante la colonia se consideraba epicentro de la caza de ballenas. Hoy es un importante polo tecnológico en el área de la informática. Las zonas del norte y del centro son las más visitadas por los turistas, sin embargo, el sur resulta encantador por sus barrios con pequeñas villas, artesanías y fiestas folclóricas que dan cuenta de la gran herencia que dejaron los azorianos. ?
Quien visite Florianópolis, inevitablemente, tendrá que disfrutar de sus playas. Algunas son pequeñas bahías, otras se caracterizan por sus olas gigantescas, están las más concurridas, repletas de bañistas, y las solitarias, a las que únicamente se puede acceder a través de senderos o caminos poco conocidos. La más famosa es Joaquina, considerada un paraíso para los surfistas, windsurfistas y kitesurfistas. También se recomienda pasar un día en Jurere Internacional, en donde se concentra la mayoría de visitantes argentinos, o en playa Mole, la preferida de los jóvenes. ?
Disfrutar del sol y el mar no es la única alternativa. Florianópolis tiene una amplia oferta de actividades para gozar de la naturaleza. Una de las recomendadas es el ascenso a alguna de las colinas que la rodean como el Morro da Cruz, desde donde se contemplan las bahías y el Puente de Luz. No se prive de ver una puesta de sol desde este maravilloso lugar. ?
Las caminatas ecológicas o las jornadas de pesca, además de la visita a atractivos como el mercado público municipal –dos torres y un edificio de dos alas conectadas a través de puentes, en cuyo centro sobresalen pintorescos bares que congregan nativos y extranjeros–, y el puente colgante más grande de Brasil, Hercílio Luz, inaugurado en 1926, son otros programas que pueden incluirse en el itinerario. ?
En las noches el mar le abre paso a una de las mejores fiestas de la región. En el norte, discotecas como Club 12, Divino Beach o Pacha ponen a bailar a cualquiera al ritmo de samba, reggaetón y rock portugués. En el centro se roban las miradas los shows de capoeira, una expresión artística brasileña que combina las artes marciales con la danza. ?
Toda esta variedad de posibilidades es lo que ha convertido a Florianópolis en la cuarta ciudad turística de Brasil. Su agradable clima y facilidad de acceso (se puede viajar por tierra desde Argentina y hay más de 60 frecuencias aéreas semanales desde Colombia) permiten que durante todo el año sea centro de atención de los turistas.