Turismo

Jerusalén, tres formas de entender el mundo

Una ciudad sagrada para el judaísmo, el cristianismo y el islam. Caminar por ella es una oportunidad única de apreciar diversas culturas y costumbres. Más de cuatro millones de turistas visitan cada año el Estado de Israel.

Redacción especiales
28 de marzo de 2017 - 10:00 p. m.
La Cúpul de la Roca, que se alza sobre la ciudad vieja de Jerusalén, es uno de los principales lugares sagrados del islam.  / Istock
La Cúpul de la Roca, que se alza sobre la ciudad vieja de Jerusalén, es uno de los principales lugares sagrados del islam. / Istock

Así como Estados Unidos hace parte de la cultura popular colombiana por sus películas y series televisivas, Israel no resulta ajena por haber sido escenario de algunos de los hechos religiosos más destacados del cristianismo. Y hoy, a pesar del conflicto con Palestina, millones de turistas pisan esta tierra santa en busca de crecimiento espiritual o entusiasmados con la idea de conocer los sitios que atestiguaron algunas de las grandes gestas bíblicas.

A pesar de ser el único Estado judío del mundo, Israel también podría catalogarse como capital religiosa por cuenta de la presencia de musulmanes, cristianos, drusos y samaritanos. Cada rincón está cargado de historia y escenarios que han sido considerados sagrados por diferentes culturas y religiones.

Más de cuatro millones de visitantes llegan anualmente a diferentes ciudades y pueblos del Estado de Israel. Uno de los destinos favoritos es Jerusalén, que guarda algunos de los templos más importantes y maravillosos del mundo. El Muro de los Lamentos, la Cúpula de la Roca y la iglesia del Santo Sepulcro son algunas de las reliquias que evidencian la riqueza histórica de una ciudad que parece unida por la fe.

Jerusalén es sagrada para el judaísmo, el cristianismo y el islam. Fue aquí donde el rey David estableció la capital del Reino de Israel y se asentó el Arca de la Alianza; también el lugar en el que Jesús predicó, lo crucificaron y resucitó, y donde el profeta Mahoma subió al cielo.

Recorrer las calles de la ciudad vieja es dar un paseo a través del pasado y vivir una de las culturas más antiguas y arraigadas del planeta. Está rodeada por una muralla de cuatro kilómetros con siete puertas y más de treinta torres. Al cruzar la puerta de Sión, los visitantes encuentran el barrio armenio, uno de los más representativos, y el camino hacia el famoso Muro de los Lamentos.

A pocos pasos yace uno de los más grandes símbolos de la capital del Estado de Israel: la Cúpula de la Roca. Fácil de reconocer por su imponente domo dorado, es uno de los templos musulmanes más representativos, junto con la mezquita de Al Aqsa. Ambos se encuentran abiertos al público, aunque las fotos en su interior están prohibidas.

Por ser parte de la vida, obra, muerte y resurrección de Jesús, el Santo Sepulcro y el monte de los Olivos se encuentran dentro de los sitios sagrados más visitados. La basílica del Santo Sepulcro está en la ciudad vieja y según los evangelios es el punto exacto donde fue sepultado Cristo. El monte de los Olivos, por su parte, ofrece la mejor vista de Jerusalén. Por estar en el lado palestino, es necesario tomar un servicio de bus especial para llegar.

Más allá de la historia religiosa de Jerusalén, caminar por ella es una oportunidad única de apreciar diversas culturas, costumbres y formas de ver el mundo. Aunque se encuentra en medio de una guerra territorial con tintes religiosos, esta ciudad ha sabido llevar el peso de su historia y ha logrado encontrar un punto de equilibrio que, aunque débil, la convierte en una extraordinaria capital espiritual.

Por Redacción especiales

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