Figuras de políticos, criminales y hasta el virus de la influenza han ardido en la Quema del mal de humor, un ritual que, amenizado por marimbas, le da comienzo a una de las celebraciones más concurridas y bulliciosas de México: el Carnaval de Veracruz.
Son nueve días de parranda, desfiles, juegos pirotécnicos y espectáculos artísticos. Más de dos semanas para olvidarse de la cotidianidad y disfrutar de los seis desfiles que recorren el boulevard Manuel Ávila Camacho. El 10 de febrero comienza el alboroto en una de las ciudades más grandes del país azteca y, tres días después, el espíritu festivo contagia a los brasileños que se aglomeran en el Sambódromo para celebrar al paso de coloridas comparsas y carrozas.
El Carnaval de Río de Janeiro congrega todos los años a más de cuatro millones de personas, que gozan con los movimientos de las talentosas escuelas de samba. En el país vecino, Argentina, también se festeja hasta fin de mes. A dos horas de Buenos Aires, en el municipio de Gualeguaychú, la alegría de las comparsas de Marí Marí, Kamarr y Ará- Yeví contagia a locales y turistas.
Para quienes quieran disfrutar de estos espectáculos, al tiempo que cuidan su bolsillo, la recomendación de agencias como Despegar.com es comprar tiquetes tres o cuatro días antes de su inicio para encontrar tarifas aéreas y de hoteles de temporada media-baja. Los vuelos a cualquiera de estos destinos oscilan entre $1’500.000 y los casi $2 millones, y el hospedaje en hostales y establecimientos tres estrellas no sobrepasa los $350.000 la noche.