El lugar de vivienda y la intensidad del trabajo afectan la piel

Todas las actividades que hacemos diariamente tienen consecuencias para el órgano más grande del cuerpo: la piel. En el libro “Piel radiante”, la nutrióloga Adina Grigore explica por qué es importante protegerla.

Mariana Rolón Salazar
25 de marzo de 2017 - 09:00 p. m.
El estrés exacerba los trastornos dermatológicos agudos. /Zenspa
El estrés exacerba los trastornos dermatológicos agudos. /Zenspa

La nutrióloga Adina Grigore lleva diez años estudiando un órgano fundamental: la piel. Durante toda su carrera se ha dedicado a entender qué hace que el cutis se altere y cuáles son las mejores fórmulas para cuidarlo. Ahora, con su libro Piel radiante, presenta algunos consejos para protegerla.

La piel es el órgano más grande del cuerpo y está formada por un conjunto de tejidos que trabajan unidos para realizar funciones biológicas necesarias. Mantener el agua dentro del cuerpo, regular la temperatura y proteger los órganos internos, son unas de ellas. “Estás hecha de casi cinco kilos o casi dos metros cuadrados de piel”, puntualiza en su libro. Por eso, es inevitable que este órgano, quizá uno de los más expuestos, no se afecte con las actividades diarias.

“Hasta el más mínimo detalle en tu vida te afecta y afecta tu piel”, asegura Grigore. El lugar de vivienda, la intensidad del trabajo, la actividad física que realizas y la salud que tienes, influyen en el bienestar de tu piel.

¿Dónde vives?

“Si vives en una zona urbana, la contaminación y la mala calidad del aire pueden causar estragos en tu piel y provocar inflamación y envejecimiento prematuro”, afirma la nutrióloga. En las grandes urbes, por ejemplo, la piel debe hacer un gran esfuerzo para combatir los elementos del ambiente.

En cambio, vivir en las zonas rurales puede traer beneficios para nuestro cutis. Al estar en contacto con la tierra, los animales y las plantas, la piel se enfrenta a más tipos de bacterias. Así, el cuerpo desarrolla anticuerpos en respuesta al contacto con esos microorganismos y se fortalece el sistema inmune.

¿Cómo es tu trabajo?

“¿No te parece curioso que todas las discusiones sobre cómo el trabajo afecta nuestra salud en realidad son discusiones sobre el estrés?”, dice Grigore. El estrés potencia los trastornos dermatológicos agudos, como la urticaria, la psoriasis y la rosácea. Según la nutrióloga, “las terminaciones nerviosas de tu piel relacionan las reacciones emotivas. 

Tu salud general

Normalmente, si el cuerpo tiene alguna alternación de enfermedades, las células cutáneas también. “Las enfermedades suelen ir acompañadas de un sistema inmune debilitado, lo que provoca que tu piel esté más sensible de lo habitual”, asegura la autora.

Las enfermedades autoinmunes, por ejemplo, causan estragos terribles en la piel, dice Grigore. “Traen consigo toda clase de sarpullidos, imperfecciones, enrojecimientos e irritaciones que tardan en sanar”, señala.

Por Mariana Rolón Salazar

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