Vinos chilenos a la conquista

María del Pilar Díaz es la encargada de crear licores como el Parinacota, el cual por ser cultivado en zona volcánica hace que su sabor mineral sea especial.

Por Redacción Gastronomía

23 de febrero de 2015

María del Pilar Díaz estuvo en Bogotá promoviendo el trabajo que desarrolla en su país natal, Chile. /  Luis Ángel - El Espectador

María del Pilar Díaz estuvo en Bogotá promoviendo el trabajo que desarrolla en su país natal, Chile. / Luis Ángel - El Espectador

¿Cómo nació el proyecto Bodega Volcanes de Chile?
Por la iniciativa de querer hacer algo distinto y novedoso pensado para ese consumidor que busca algo diferente o que está aburrido de lo mismo.

¿Por qué cultivar uvas en suelos volcánicos?
Encontramos que Chile es un país que tiene 2.900 volcanes y quisimos divulgar eso, además queríamos rescatar la influencia mineral que podrían tener en los vinos.

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¿Cómo fue ese ingreso al mercado de Colombia?
Muy complejo, porque la estrategia que usamos para posicionar la marca es a través de restaurantes, no queremos competir en grandes superficies. Sin embargo, el aumento de las cifras en ventas aquí nos ha demostrado que los vinos han tenido muy buena aceptación.

Parinacota es la última línea que han presentado, ¿por qué ese nombre?
Es en honor a un volcán que queda en el norte de Chile y lo hace especial su combinación y estructura entre Syrah y Carignan. En Colombia pueden conseguir la cosecha de 2010.

¿Para qué ocasiones es el vino Parinacota?
Lo recomiendo con platos fuertes, porque para tomarlo solo es muy intenso. Nosotros lo hemos probado con paellas, chorizos, tamales y frijoles, y ha funcionado muy bien.

¿Qué toque de su personalidad les pone a los vinos?
Lo estricta y perfeccionista que soy. Me preocupo mucho por el detalle y lo que hace la diferencia.

¿De dónde viene su inspiración para crear los vinos de Bodega Volcanes?
Me gustan las novedades, así que, aparte de leer, probar y ver lo que está haciendo el resto, me dejo guiar por el corazón.

¿En qué momento surge el nombre de sus vinos?
A medida que los estoy haciendo se me ocurren nombres. Por ejemplo, el Parinacota hace referencia a un volcán que tiene una leyenda de amor, así que este es la representación masculina.

¿Qué prefiere, tapa de rosca o corcho?
Eso depende de la sensibilidad de la oxidación. Si es un vino que tiene que permanecer fresco con el tiempo, es mejor la tapa de rosca. Pero si es un vino tinto que puede ser de consumo lento, el de corcho, porque este te genera una microoxigenación que le da mayor evolución.

¿Qué es lo más difícil de ser enóloga?
El sacrificio, porque por el vino dejas de lado a tu familia y vida social.

Su primera maestra fue su mamá, quien también era enóloga. ¿La mejor lección que le dio?
El luchar por lo que uno quiere. Cuando ella empezó, ese era un trabajo en el que las mujeres tenían pocas oportunidades y le fue muy bien, y aunque no quería que estudiara enología, nunca le hice caso.

Una anécdota de su infancia.
Como crecí en medio de los viñedos, recuerdo que cuando iban a campo mi mamá y otros colegas, los acompañaba y ellos se sorprendían cuando reconocía las distintas variedades solo con ver las hojas.

¿Ciudad o campo?
Amo el campo y sufro un poco en la ciudad, prefiero vivir al aire libre.

¿Cómo se relaciona el vino con el amor?
Los dos son 100% pasión. 

Por Redacción Gastronomía

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