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¿Hidrosogamoso pudo causar el temblor de la semana pasada?

Para el fundador de la Sociedad Santandereana de Geotecnía, la magnitud del temblor del 10 de marzo, pudo estar relacionada con la presencia de esta represa.

María Mónica Monsalve
19 de marzo de 2015 - 04:17 p. m.
Archivo / Hidrosogamoso.
Archivo / Hidrosogamoso.
Foto: CRISTIAN GARAVITO

En el municipio de Los Santos, epicentro del sismo, la gente está acostumbrada a que tiemble, pues la región está ubicada sobre el segundo Nido Sísmico con mayor actividad en el mundo. Es decir que a 150 km de profundidad y 50 km del Sur de Bucaramanga tienen un área altamente inestable, por lo que es normal que se registre algún movimiento diario. Sin embargo, la semana pasada, la magnitud de 6.6 en la escala de Richtner del temblor superó lo acostumbrado, y las personas empezaron a cuestionarse por la causa del aumento.

Entre ellas está Jaime Suarez Díaz fundador de la Sociedad Santandereana de Geotecnía y profesor de la Universidad Industrial de Santander. El ingeniero argumenta que la entrada en actividad de la represa de Hidrosogamoso, construida por Isagén, hace tres meses, tuvo que ver con la magnitud del sismo.

Según señaló, en un informe que hizo público, la presencia de agua fría que llega infiltrada desde la hidroeléctrica a las zonas donde se encuentran los nidos, disminuye la  resistencia de los materiales y los hace más inestables. Dando por entendido que la carga de la represa, junto a su ubicación en La Falla de San Vicente que está interconectada con el enjambre sísmico, fueron determinantes en la fuerza del temblor.

La teoría de Suarez tiene algo de cierta. Los sismos generados por el aumento en la carga de agua en una represa no son algo nuevo. De hecho, en los años 60 se empezaron a registrar varios de estos casos alrededor del mundo, siendo históricos los de la represas de Hsinfengkiang, China; Kreasta, Grecia y Kariba,  Zambia por superar la magnitud de 6. Los ingenieros y comunidades prendieron su alarma e incluso, J. P Rothé, estudioso de la actividad sísmica, escribió, “llena una laguna, empieza un terremoto”.

Pero no fue hasta 1967, con el temblor de mayor magnitud relacionado a una represa -6.6 en Konya, India - que la UNESCO mandó a crear una asociación científica para analizar su estudio, el Fenómeno Sísmico Asociado con Grandes Represas.

La sismicidad inducida por embalses, como también la llaman los geólogos, ha sido comprobada en 70 casos, donde los temblores son causados por la carga de agua en una represa. Por esto, el reto de los investigadores- similar a los estudios que reclama Suarez a Isagen - es lograr identificar cuándo el temblor es “común y corriente” o, en cambio, está relacionado por la presencia de una represa. Cuándo se debe a la actividad sísmica del Nido de Bucaramanga o depende de la carga de Hidrosogamoso.

Según un estudio de los ingenieros españoles Alfonso López Arroyo y Ángel Pérez Saiz, a diferencia de la actividad sísmica normal, la inducida por embalse tiene un mayor número de precursores y sus réplicas decrecen en menos tiempo. Si el temblor es mayor a 5 le suelen suceder movimientos que tienen una magnitud de 4 o menos.

Para el caso del temblor de la semana pasada, la actividad sísmica registrada por el Sistema Geológico Colombiano, en el Municipio Los Santos, fue entre 2.3 - 3.8 de magnitud siete días antes del temblor y 3.6 – 2.5, cuatro días después. Además, los ingenieros señalan otras dos condiciones que ayudan a identificar los sismos inducidos por embalse: la profundidad y distancia a la que se encuentra el epicentro del embalse.

Ante la primera condición, Carlos Alberto Vargas, Presidente de la Sociedad Colombiana de Geología, cree que la profundidad a la que se produjo el temblor la semana pasada – 161 km- indica que su origen no está relacionado con la represa de Hidrosogamoso. En sus palabras, estos eventos solo son inducidos bajo condiciones superficiales que no suelen exceder los 15 km de profundidad y, por mucho, pueden encontrarse a 40 km de la superficie.
Mientras tanto, los ingenieros españoles afirman que si el epicentro está por fuera de los 50 km de área que rodean el embalse, no hay ninguna relación temblor – reserva.

Por esto, para Vargas, llegar a determinar si el temblor está relacionado con la hidroeléctrica es muy difícil. Hace falta instrumentación y no hay una historia geológica documentada para determinar los patrones sísmicos. “El que diga que sí, queda como un charlatán”, afirma el geólogo. Quien está más inclinado por encontrar una explicación desde el “enigma sísmico” en la profundidad de los Nidos, que en la carga acuática de la hidroeléctrica.
 

Por María Mónica Monsalve

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