Medicina china para el dolor articular

Casi el 30% de los adultos mayores de 60 años padecen esta enfermedad. Al no tener cura, las personas buscan controlarlo, no solo con terapias convencionales, sino con otros tratamientos como la acupuntura.

Redacción especiales
27 de febrero de 2017 - 10:26 a. m.
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El 18 % de las mujeres y el 10 % de los hombres mayores de 60 años sufren de osteoartritis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una realidad que ha contribuido a la proliferación de tratamientos convencionales y alternativos, que buscan hacer más llevadera esta enfermedad degenerativa.

La osteoartritis hace parte de las 150 condiciones reumáticas crónicas definidas por la OMS, entre las que se encuentran la artritis reumatoide, el traumatismo de la médula espinal y los trastornos de la médula espinal. Carlos Toro, reumatólogo y presidente de la Asociación Colombiana de Reumatología, explica que esta enfermedad se produce cuando el cartílago que protege las extremidades se deteriora y pierde sus propiedades. Y agrega que existen dos tipos: primaria (sus causas se desconocen) y secundaria, que está relacionada con la práctica de deportes de contacto, subir y bajar escaleras, lesiones o sobrepeso.

Como se trata de un mal para el que no existe cura, quienes lo padecen lo que buscan es controlarlo. En este sentido, Toro recomienda medicamentos antiinflamatorios, acompañados de terapias físicas que tonifiquen y fortalezcan los músculos y de una alimentación que permita mantener el peso ideal, pues éste puede afectar las extremidades, causando todavía más dolor. Pero, además de las terapias convencionales, se ha vuelto bastante popular en estos casos la medicina china.

Jairo Buitrago Ruiz, magíster en Medicina Tradicional China de la Universidad Nacional, advierte que terapias como la acupuntura, la moxibustión (calor localizado), los masajes, el qigong (ejercicios enfocados en el cuerpo, la mente y la respiración) y el taiji dietético (ejercicios energéticos) “intervienen mecanismos biomecánicos y bioquímicos que se ven alterados por la obstrucción que hacen de la energía y la sangre las enfermedades reumatológicas”.

La clave es recurrir a éstos como complemento del manejo farmacológico que haya prescrito el especialista y siendo consciente de que no son un tratamiento para curar la causa de ese dolor articular, sino para manejarlo y aprender a tolerarlo en los momentos de crisis, que gracias a estas alternativas seguramente serán cada vez más espaciados, cortos y mucho menos intensos.

Por Redacción especiales

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