New Hearts Café, el buen sabor de servir a los demás

Un nuevo modelo de café social llegó a Colombia. En el barrio Laureles, en Medellín, funciona un local de “venta” de bebidas, en el cual usted solo paga lo que le dicte su corazón. El 100 % de las ganancias se dona a una fundación para niños.

Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7
18 de junio de 2017 - 03:13 a. m.
New Hearts Café, el buen sabor de servir a los demás

En algunos cafés de Europa y Estados Unidos existe un modelo que ha tenido gran aceptación y busca ayudar a los más necesitados. El sistema es simple: los clientes compran una bebida y dejan paga otra taza para que se la entreguen a las personas que no tienen dinero para comprar un café caliente. Aunque no es obligatorio, muchos se unen a esta campaña social por el simple hecho de saber que han hecho algo positivo para alguien que lo necesita.

Un modelo similar llegó a Colombia hace un año. En Medellín, en el barrio Laureles, un pequeño café abrió las puertas para que sus clientes disfruten de una bebida gratuita y donen lo que les dicte su corazón. Si no tienen dinero no importa, un gracias, una sonrisa y un hasta luego son pago suficiente. Al igual que un vaso de agua, un té chai o un macaccino no se le niega a nadie.

El nombre de este local es New Hearts Café, un lugar en que cualquier persona puede sentarse a pasar un momento agradable y, si quiere, ayudar al trabajo social de este negocio sin ánimo de lucro. El 100 % de las ganancias del café está destinado a una fundación del sector Niquitao, que atiende las necesidades de cerca de 200 niños de escasos recursos.

Lucas Mesa, administrador y uno de los impulsores de este proyecto, asegura que la idea de crear un café de estas características nació hace tres años, pero solo el año pasado se pudo materializar, gracias al patrocinio de un amigo estadounidense y una iglesia que se sintió identificada con el objetivo de New Hearts. Según cuenta, a la fecha, al menos 150 personas llegan cada día al café y ahora esperan poder abrir una nueva sucursal antes de finalizar el año.

“El nombre de este café lo dice todo. Queremos que las personas se tomen una bebida de la más alta calidad, miren en su interior y donen lo que sienta su corazón en ese momento para ayudar a la fundación. Nosotros no manejamos dinero. Hay un buzón donde la gente deposita su donación y se lo llevamos todo a los niños. El éxito de este café es el bienestar que sienten las personas al saber que están ayudando a alguien. Muchos de los que trabajan acá son voluntarios que alguna vez vinieron como clientes”, dice Lucas.

El objetivo de New Hearts es cambiar corazones: renovarlos, purificarlos, limpiar el egoísmo y llamar a la solidaridad. Aunque no es un espacio religioso, Lucas asegura que el verdadero dueño de este negocio es Dios, y el único con el poder para realmente cambiar un corazón es Jesús. Quizás, gracias a este pensamiento, este café tiene en una iglesia cristiana uno de sus aliados más valiosos. Como todo el producido de New Hearts es para la fundación, los productos necesarios para su funcionamiento son patrocinados por este benefactor.

Todo comenzó con una idea

Lucas recuerda los inicios de New Hearts Café como una reunión entre amigos pensando qué hacer para un mundo mejor. Varias ideas estuvieron en el abanico de posibilidades y finalmente decidieron fusionar todas en un solo sitio que, de cierta forma, ayudara a sacar lo mejor de cada persona: la generosidad.

Tenían claro el concepto y el objetivo, pero no sabían hacia qué tipo de negocio apuntar. Luego de varias reuniones, viendo el crecimiento que tenían los cafés, enfocaron todos sus esfuerzos en adecuar una casa de 850 metros cuadrados. Cuando se abrió el café, según lo define Lucas, el local no estaba tan bien dotado como hoy, pero con el paso de los días se dieron a conocer entre los transeúntes del sector y poco a poco le fueron cambiando la cara hasta convertirlo en uno de los espacios más visitados de Laureles.

“Este lugar no es sólo un café. Aquí se reúnen amigos. Tenemos una biblioteca, una sala de videojuegos, auditorio, sala de cómputo y una terraza magnífica, entre otras cosas. Mantener este sitio cuesta más o menos $17 millones al mes, pero gracias a nuestros patrocinadores no tenemos que sacar nada de las ganancias para sostenernos”, indicó.

Ante la buena aceptación de este café, los administradores están pensando en abrir un nuevo local en el barrio El Poblado. Ya tienen un local, pero por el momento no tienen recursos para adecuarlo con los mismos estándares del café original.

Este modelo, digno de emular en otras ciudades, es una muestra de que dar sin esperar nada a cambio sí es posible en una sociedad como la colombiana. Proyectos como New Hearts son un claro ejemplo de que el verdadero bienestar está en el gozo de ayudar a quien lo necesita, no solo en una buena taza de café.

Por Jairo A. Cárdenas A. / @Jairo_Cardenas7

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