El sistema de Autobuses de Transito Rápido de Curitiba, Brasil, y el sistema de transporte público Transmilenio de Bogotá (que se basó en la experiencia brasileña), acaban de ser resaltados en el informe Panorama Ambiental Global 5 (GEO-5), como dos proyectos ejemplares que han contribuido a reducir las emisiones de gases contaminantes.
“Estas iniciativas muestran que los proyectos, cuando se diseñan correctamente, pueden aportar diversos beneficios ambientales y sociales, tales como la mitigación del cambio climático o la mejora de la movilidad”, reza el informe que recoge la opinión de 300 especialistas internacionales convocados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y que es, en resumen, una radiografía de la situación del medio ambiente mundial.
Sobre los dos sistemas de transporte el informe resalta que son el resultado de “un análisis atento de las necesidades de la sociedad”, y que además de contribuir a la preservación del medio ambiente han servido también a la promoción del desarrollo social. Estos logros en transporte se suman a una lista de proyectos de América Latina y el Caribe, que fueron destacados en el GEO-5 por ser “ejemplos inspiradores a la hora de dirigir la región hacia un futuro sostenible”.
Otra iniciativa que sobresalió en el informe fue el plan que han seguido los gobiernos de la región para proteger y controlar la deforestación en el Amazonas. Según los cálculos del GEO-5 entre 2004 y 2001 la deforestación se redujo de 25.000 km2 anuales a algo más de 5.000. Brasil ha jugado un papel clave en el logro de estos resultados con planes como: la implementación de nuevas zonas protegidas en las áreas con mayor incidencia de deforestación, la puesta en marcha de un programa de monitoreo de esta problemática con imágenes satelitales y la negación de créditos públicos a aquellos productores que infrinjan la normativa ambiental.
Otra iniciativa que llamó la atención de los especialistas fue el Fondo para la Protección del Agua (FONAG), que creó el gobierno local de Quito, Ecuador. Este es un fondo fiduciario al que contribuyen los consumidores de agua de la ciudad, para financiar programas de rehabilitación y conservación de las 65.000 hectáreas de cuencas hidrográficas que abastecen a Quito y las zonas aledañas.
Por último aparece el nombre de México y su programa de contabilidad para calcular el costo de los daños ambientales en el país. Esta iniciativa, liderada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México, utiliza las bases de datos del Banco Mundial para monitorear el costo del deterioro de los recursos naturales y el medio ambiente. Según los cálculos hechos entre 2005 y 2009, los daños ambientales y el agotamiento de recursos como el agua y los minerales costaron a México casi 90.000 millones de dólares al año.