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Popó de elefantes, arma para revelar quién los caza

Para saber de dónde viene el marfil traficado, un grupo de científicos rastreó el estiércol de los elefantes a través de África y creó un mapeo con su ADN. Dos áreas reservadas son las que más presentan casos.

Redacción Vivir
28 de junio de 2015 - 02:24 p. m.
El análisis de ADN a partir de popó de elefantes está permitiendo combatir el tráfico de marfil en África.  / Serengeti National Park
El análisis de ADN a partir de popó de elefantes está permitiendo combatir el tráfico de marfil en África. / Serengeti National Park

Detrás del mercado negro de marfil se esconde la muerte de varios elefantes. Miles de estos animales fueron cazados en la última década para alimentar un mercado que puede llegar a mover 3.000 dólares por kilo, según los indican las autoridades de Hong Kong. Sin embargo, según lo indica un reporte de la BBC, hay una nueva arma que podría señalar quién los está cazando: su propio popó.
 
El ADN y el marfil que tienen los elefantes tienen el mismo ADN. Esa es la clave del experimento. Por esto, un grupo de biólogos conservacionistas está haciendo un análisis genético, a través de sus heces, para crear un mapa que indique cómo se distribuye la población de los animales a través de África. Después la información del material, se puede estudiar con el marfil ilegal que han incautado las autoridades para saber si tienen la misma carga genética.     
 
En total, en los 15 años que duró el mapeo, se recolectaron 1.500 muestras. Lo que permitió a los investigadores concluir que la caza por marfil se da en su mayoría en dos grandes áreas de África: en TRIDOM, un área protegida que se ubica entre los territorios de Gabón, Camerún y la República del Congo, y en las reservas naturales que quedan en Tanzania y Mozambique. Los primeros corresponden a elefantes de bosque, y los segundos a especies de sabana.
 
El equipo espera que su trabajo presione a los gobiernos africanos a instaurar reglas más fuertes contra los cazadores y las personas involucradas en la cadena del contrabando de marfil, pues según lo señala la publicación en la revista Science, alrededor de 50,000 elefantes mueren cada año por esta causa.
 
Según lo explica Samuel Wasser, líder del estudio, en la revista Smithsonian, analizar estiércol no es una tarea glamurosa, pero alguien debe hacerla. Una verdadera responsabilidad. “Cuando pierdes el 10% de una población cada año, debes hacer algo urgente, ir directo a la fuente donde la mayoría de las muertes ocurren.”

Por Redacción Vivir

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