2600 metros más cerca de la ciudadanía

Las reflexiones relacionadas con los problemas que Bogotá debe superar tienen una dimensión que trasciende lo institucional. Un grupo de seis jóvenes se reúne semanalmente para analizar realidades que afectan diariamente al ciudadano; los trancones, la inseguridad, el estado de las vías, el reciclaje,la informalidad, la contaminación, la educación. En marzo de este año se reconocieron públicamente como “Combo 2600”; un nombre que hace alusión al trabajo en grupo y a los 2600 metros que tiene Bogotá a nivel del mar.

Además de encontrarse cada semana para escuchar diferentes argumentos desde distintos sectores, el grupo ha realizado tres debates sobre ciudad: el grafiti, la peatonalización y la relación de los centros comerciales con el desarrollo de las zonas urbanas. Los integrantes que crearon este espacio se han aproximado desde diferentes perspectivas a Bogotá: Diego Laserna, por ejemplo, participó en el programa Bogotá Sin Hambre durante la alcaldía de Lucho Garzón y ahora trabaja con la concejal Angélica Lozano. En los espacios de discusión también están presentes Felipe Morales, quien enfoca su trabajo en lo urbanístico, y Martín Rivera, investigador en el área de ekística (gestión y desarrollo urbano) en la Universidad del Rosario. En el ámbito de la intervención se destacan también las ideas de Sebastián Castañeda y Álvaro Andrés Carrillo. Finalmente está Juan Pablo Castro, politólogo de la Universidad de los Andes.

Más allá de ser un semillero de investigación, Combo 2600 se ha convertido en un grupo teórico-práctico . Una de las intervenciones que generó más eco en la ciudadanía fue una cebra de colores que pintaron en la carrera 11 a la altura de la calle 87. Laserna señala que este tipo de iniciativas no fueron planeadas pensando en un beneficio político: “La idea es trabajar en actividades urbanas simbólicas. La ciudadanía puede llamar la atención opinando en asuntos puntuales; mandar cartas es solo una de las maneras de llamar la atención”.

En menos de un año Combo 2600 creó dos cebras peatonales y terminó una ciclorruta en la zona del Park Way. En este lapso de tiempo también incursionaron en el mundo digitial con la página www.combo2600.com “Las intervenciones son importantes pero creo que el logro más significativo es haber consolidado el grupo y darnos a conocer a la gente”, dice Juan Pablo Castro.

Por las salas donde cada martes, sin falta, se reúnen estos jóvenes, han pasado Javier Hernández, estructurador del Sistema Integrado de Transporte Público; Adriana Córdoba, hoy veedora distrital y la alta consejera presidencial para Bogotá, Gina Parody.
 

Las reflexiones relacionadas con los problemas que Bogotá debe superar tienen una dimensión que trasciende lo institucional. Un grupo de seis jóvenes se reúne semanalmente para analizar realidades que afectan diariamente al ciudadano; los trancones, la inseguridad, el estado de las vías, el reciclaje,la informalidad, la contaminación, la educación. En marzo de este año se reconocieron públicamente como “Combo 2600”; un nombre que hace alusión al trabajo en grupo y a los 2600 metros que tiene Bogotá a nivel del mar.

Además de encontrarse cada semana para escuchar diferentes argumentos desde distintos sectores, el grupo ha realizado tres debates sobre ciudad: el grafiti, la peatonalización y la relación de los centros comerciales con el desarrollo de las zonas urbanas. Los integrantes que crearon este espacio se han aproximado desde diferentes perspectivas a Bogotá: Diego Laserna, por ejemplo, participó en el programa Bogotá Sin Hambre durante la alcaldía de Lucho Garzón y ahora trabaja con la concejal Angélica Lozano. En los espacios de discusión también están presentes Felipe Morales, quien enfoca su trabajo en lo urbanístico, y Martín Rivera, investigador en el área de ekística (gestión y desarrollo urbano) en la Universidad del Rosario. En el ámbito de la intervención se destacan también las ideas de Sebastián Castañeda y Álvaro Andrés Carrillo. Finalmente está Juan Pablo Castro, politólogo de la Universidad de los Andes.

Más allá de ser un semillero de investigación, Combo 2600 se ha convertido en un grupo teórico-práctico . Una de las intervenciones que generó más eco en la ciudadanía fue una cebra de colores que pintaron en la carrera 11 a la altura de la calle 87. Laserna señala que este tipo de iniciativas no fueron planeadas pensando en un beneficio político: “La idea es trabajar en actividades urbanas simbólicas. La ciudadanía puede llamar la atención opinando en asuntos puntuales; mandar cartas es solo una de las maneras de llamar la atención”.

En menos de un año Combo 2600 creó dos cebras peatonales y terminó una ciclorruta en la zona del Park Way. En este lapso de tiempo también incursionaron en el mundo digitial con la página www.combo2600.com “Las intervenciones son importantes pero creo que el logro más significativo es haber consolidado el grupo y darnos a conocer a la gente”, dice Juan Pablo Castro.

Por las salas donde cada martes, sin falta, se reúnen estos jóvenes, han pasado Javier Hernández, estructurador del Sistema Integrado de Transporte Público; Adriana Córdoba, hoy veedora distrital y la alta consejera presidencial para Bogotá, Gina Parody.