Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Frustración y desesperación. Esos son los sentimientos con los que conviven cada mañana los padres de los niños que sufren de enuresis (pérdida de orina durante el sueño), un trastorno que afecta a un 5% de los pequeños de entre cinco y catorce años.
Cuando los padres descubren que mojar la cama está dejando de ser un comportamiento normal para un niño, comienza un largo carrusel de consultorios y un interminable ensayo casero de terapias de todo tipo, desde las psicológicas hasta otras más pragmáticas como suspender líquidos varias horas antes de acostar.
¿Cuál de toda esa larga lista de terapias y estrategias es en realidad útil? Un estudio realizado por investigadores canadienses y publicado en la revista de la Asociación Médica Canadiense plantea que el tratamiento más efectivo contra la enuresis nocturna son las alarmas en camas.
Según Darcie Kiddoo, cabeza del estudio, de los tres tratamientos más aceptados (alarmas en camas y medicación con desmopressin y antidepresivos) la alarma en la cama "es el único tratamiento que ha probado tratar el problema con efectos duraderos". El sistema de alarma para la enuresis consiste en un despertador sensible a la humedad que al activarse permite que el niño comience a asociar la necesidad de ir al baño con la vejiga llena.
Los investigadores concluyeron que el 66 % de los niños con alarmas (ya sean sonoras o de movimiento) en las camas consiguieron 14 noches consecutivas sin mojar la cama, comparado con un 4 % de niños sin tratamiento. Además, el efecto se mantuvo incluso cuando se apagaba la alarma. En el caso de las terapias farmacológicas, el efecto protector se perdía tan pronto se suspendía el tratamiento.
Aunque se calcula que cada año un 15 % de los niños afectados por enuresis nocturna dejarán de mojar cama sin necesidad de tratamiento, no todos los padres están dispuestos a esperar a que eso suceda con sus hijos.
Juan Carlos Ruiz de la Roja, director del Instituto Urológico Madrileño y quien lanzó esta semana el libro “¿Por qué se orinan los niños en la cama?”, asegura basado en investigaciones recientes que un 85% de los casos de enuresis son hereditarios y parte del problema se encuentra en un gen del cromosoma 13, donde va codificada la información que determinará que un niño sufra esa patología, aunque pueden estar involucrados otros genes y cromosomas.
Como lo recuerda el urólogo español a través de la agencia de noticias EFE, para considerar que un niño sufre de enuresis tienen que registrarse dos o más episodios en un mes. En el 90% de los casos existe una causa fisiológica que puede ser un retraso en el desarrollo de la vejiga, un retardo en la maduración, o una producción de orina superior a la normal por la noche. En el 10% restante puede deberse a un acontecimiento inusual en la vida del niño (nacimiento de un hermano, cambios en la estructura familiar, u otros).
Es común que los niños que tienen este problema sufran aislamiento social, vergüenza y restricción de actividades, de ahí que la recomendación de Kiddoo y su equipo es que el tratamiento considere el manejo de la ansiedad.