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Los expertos lo repiten hasta el cansancio: vestir a los animales de compañía, sentarlos a la mesa o tratarlos como niños son formas de maltrato. Los animales no necesitan ropa (de hecho, les incomoda), pero aun así el mercado de la alta costura encontró en las mascotas un renglón muy exitoso.
Por eso, un grupo de modistas italianos se lanzaron a diseñar ropa a la medida para perros. Giovanna Temellini, una milanesa de 57 años que trabaja en el sector de la moda desde hace 25, fue a quien se le ocurrió la idea.
“Todo nace del amor”, sostiene la diseñadora, que consagra parte de su tiempo a ayudar a las asociaciones para la protección de los animales.
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Una tarde, mientras estaba en su taller de costura, su hija le comentó: “Haces tantas cosas para todos los perros... Pero cuando llueve, el mío tiene siempre las orejas totalmente mojadas”.
Al día siguiente, uno de sus colaboradores le mostró la pequeña chaqueta que acababa de crear, con dos pequeñas capuchas para las orejas del perro, justamente lo que pedía su hija.
Así surgió la idea de abrir un taller de ropa a medida para perros, Temellini Dog-à-Porter, que crea prendas para ellos, tal como Giovanna lo hace para mujeres.
La palabra clave en las colecciones para perros es la elegancia, el uso de telas de alta calidad, reconoce la diseñadora que ha trabajado para grandes firmas de la moda, como Bottega Veneta, Ermanno Scervino y Armani.
“Respeto y estoy atenta a todas las necesidades de los perros. Tengo en cuenta cómo se mueven, corren, se ensucian y se relacionan... Me niego a crear prendas que limiten al perro o lo ridiculicen”, advierte Temellini, propietaria de Ulisse y Anubi, dos perros galgos afganos.
También rechaza la idea de ropa elástica para que sea más fácil ponérsela, por lo que estudió la morfología de todos los perros y creó cinco categorías de prendas de vestir (entre ellas para doberman, labrador, basset, etc.), cada una con seis a siete tallas diferentes.
Perros friolentos
Para los pedidos, se mide el tamaño del cuello del perro, el del tórax y la longitud entre el cuello y la cola. Luego se verifican las diferencias con la tabla de tallas y, según el caso, se ensancha, estrecha o construye el traje a la medida.Naturalmente, un maniquí con forma de perro domina en su taller. Para Giovanna Temellini, la idea es ofrecer una colección que sea adecuada a todos los compañeros de cuatro patas, incluidos aquellos con discapacidades.
Claramente se niega a realizar prendas sintéticas que entren en contacto con la piel o a usar plumas: “Ningún animal calienta a otro animal”.
El taller es el reino más bien de las telas hermosas, desde el cachemir hasta la alpaca, ideales para proteger a los perros que sufren de reumatismo.
Todo ello tiene un precio: la camiseta de cachemir vale 142 euros; una cazadora de lana merina, 212 euros; un abrigo con bolsillos pequeños, 252 euros.
“Me gusta el trabajo de Giovanna, usa telas muy finas”, reconoce Beatrice Gerevini, dueña del basset alemán Wolfgang. “Es muy difícil encontrar suéteres para perros como el mío, que tienen una forma particular. Son perros extremadamente friolentos”, cuenta.
Para Beatrice, estudiante de 24 años, que su perro lleve trajes que combinan con su vestimenta es como entrar “en conexión con su mascota”, confiesa.
“Es también un juego, una forma de hacerse notar. La gente sonríe cuando nos ve”, admite.
Entre los que apoyan a Giovanna Temellini figura un empresario de la región de Bérgamo, quien acaba de adquirir para su perro, que rescató de una perrera, “un armario completo”. “Después de lo que ha vivido, se lo merece”, asegura.
* Con información de EFE.