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Amalia Andrade y la revolución de sus emociones

La reconocida escritora caleña habla de lo importante y sanador que resulta exteriorizar los sentimientos y de cómo esto se ha convertido en un castigo para la sociedad. En 2020 celebra los cinco años del libro que la acercó a su público. Hoy es embajadora de una marca de belleza y cosméticos.

* Redacción Especiales
11 de febrero de 2020 - 07:46 p. m.
Amalia Andrade ahora es embajadora de la marca de belleza y cosméticos Kuida.  / Cortesía
Amalia Andrade ahora es embajadora de la marca de belleza y cosméticos Kuida. / Cortesía
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Amalia Andrade Arango es caleña, periodista, escritora e ilustradora. Basta con un saludo para saber que la sucursal del cielo la lleva en su acento y en su carisma. En su sangre. Aunque trabajó en reconocidos medios de comunicación como editora se dio a conocer hace algunos años cuando lanzó su primer libro “Uno siempre cambia al amor de su vida (por otro amor o por otra vida)” hace ya cinco años. Reconocimiento que no la tomó por sorpresa porque fue producto de su arduo trabajo, pero que le dejó el mayor de los regalos: sus seguidores.

Hablamos con ella sobre sus proyectos, los procesos internos y personales que exterioriza con su público, el crecimiento profesional que ha vivido en los últimos años y los planes que tiene para acercarse más a sus seguidores en 2020.

¿Cómo logra Amalia Andrade lanzarse al vacío al decidir hacer público algo tan privado en una era de cosas superficiales?

Estamos viviendo un momento difícil en el mundo por distintas circunstancias, incluso esas narrativas demasiado editadas del yo, entiendo la necesidad de editarse a sí mismo pero me parece injusto que se esté alimentando a estas audiencias de cosas irreales; en cuanto a ese salto de hablar de mis miedos lo que yo quiero es conectar con mis lectores y decirles que hablemos de cosas que no se están hablando en otro espacio: de ansiedad, de salud mental, de miedo, de otros temas que como sociedad se oprimen tanto y hagamos una discusión de por qué se oprimen.

En el momento en el que me doy cuenta de que hay 243.000 personas que están oyendo lo que yo tengo por decir, lo veo como una oportunidad. Creo mucho en la responsabilidad de las audiencias en las redes sociales. Vivimos en una sociedad que nos obliga o impone de una manera tan sistemática que hay sentimientos privados y otros públicos, entonces la felicidad es pública y por eso está invadiendo las redes sociales, pero la depresión o la ansiedad es absolutamente privada y por eso no se puede hablar de eso ni publicar.

Yo lo que quiero es generar esos espacios para las conversaciones. Todo el tiempo trato de ser lo más honesta posible y al mismo tiempo crítica de la sociedad y del espacio mismo que estoy ocupando en las redes.

Esa honestidad en redes sociales la ha llevado a hablar de temas personales como la depresión. ¿Qué mensaje les envía a las personas que están pasando por un momento similar?

Está súper bien exteriorizar y hablar de sentimientos, justamente porque vivimos en una sociedad que pone por encima de cualquier cosa la productividad. Es una sociedad que glorifica el bienestar, entonces no hay cabida para estar mal, lo cual es tonto porque estar mal hace parte de estar bien, vivimos en una época que es como la glorificación del éxito donde el valor de las personas está puesto en cuan exitosa es o no.

Me parece subvertido en un mundo donde el valor es la productividad poder hablar de los sentimientos. Celebro a todo el mundo que está exteriorizando, creo que es algo fundamental para que cambiemos el universo, la manera y las conversaciones en las que se hablan de sentimientos. Creo que todos necesitamos reeducarnos a nivel sentimental. También hay una parte de la sanación, no solo a problemas de salud, sino a nuestra emocionalidad, el hablar de cómo nos estamos sintiendo es muy bonito porque genera conexión con otras personas, nos permite compartir la experiencia de vida y hacer ejercicios terapéuticos.

Tu ayudas a muchas personas, pero ¿cómo te auto sanas a ti misma?

Todo lo que les recomiendo lo hago yo también. Este año he llorado mucho en público y la incomodidad no viene de parte mía sino de la gente que me ve llorar porque no nos enseñaron a que eso es algo normal. En acciones puntuales hago mucha terapia, mi tratamiento médico, mis visitas al psiquiatra, medito, coloreo, todo lo que yo recomiendo me funciona. El intercambio con los lectores también me ayuda muchísimo, es como una comunidad.

Nuestra generación está muy bombardeada con tanta información y es necesario saber depurar lo que nos funciona y lo que no.

¿En algún momento pensó en llegar a ser exitosa fusionando sus pasiones: la escritura, el amor por la lectura y las ilustraciones?

Hmmm, no. La sociedad es muy castigadora con el éxito en general, pero sobre todo con las mujeres. Nosotras estamos entrenadas para no saber recibir ningún tipo de cumplido, nos dicen: ¡estás guapa! y no sabemos qué responder y menos cuando es una felicitación o un: ¡amo tu trabajo! De una manera u otra la mujer está puesta en la sociedad en un lugar donde tiene que avergonzarse de su propio éxito.

¿Me sorprende mi éxito? No. Porque yo trabajo mucho, me esfuerzo, siempre he sido muy pila, esto no fue de la noche a la mañana. Yo me trasnochaba buscando cómo se publica, quienes son los editores de Colombia, cuáles son las diferencias entre editoriales. Yo hacía un trabajo muy amplio y aun lo sigo haciendo, estoy muy atenta al detalle y me gusta estar involucrada en los procesos desde la creación, el marketing.

Lo que sí me sorprende en lo absoluto es la cantidad de personas a las que llegué y la manera en la que las impacté. Mis libros están hechos muy de frente para ayudar a las personas, entonces el hecho de que haya ayudado a una o dos significa que lo había hecho bien. Pero la cantidad y el efecto me toman por sorpresa y aun creo que a hoy no he dimensionado esa realidad.

¿Cómo nació “Uno siempre cambia al amor de su vida (por otro amor o por otra vida)”?

Nació de una tusa muy horrible. De esa necesidad que yo tenía de leer un libro con ese estilo. Hay muchísimos libros que hablan de desamor, pero yo quería un poco hacer una investigación amplia y después poder hablarle al lector como una conversación. Quería hacer un libro que fuera una charla entre amigas. Así que el libro está más enfocado en cómo pasamos un duelo; yo siento que el amor y el desamor es la experiencia central del ser humano.

En 2020 se cumplen cinco años de ese lanzamiento y para celebrar vamos a hacer una serie de eventos que se llaman ‘La revolución de las emociones’ para englobar un poco lo que inició ese libro y que después dio lugar a “Cosas que piensas cuando te muerdes las uñas” y “Tarot Magicomastico de Estrellas”.

Además de los libros, ¿de qué otra manera se acerca al público?

En mis charlas y a través de las redes sociales, pero sí quiero generar otro espacio para conectarme con ellos. Las charlas las hago a nivel nacional y mundial, casi todas están atadas a la promoción propia del libro, pero terminan siendo los temas que toco en esas páginas. Muchas personas me preguntan por temas emocionales y pocos por mi vida de escritora. Esta es una relación horizontal entre lector y escritor. Las charlas me parecen algo muy bonito, es increíble, porque la gente encuentra como ese espacio seguro y público donde poder expresar esa emocionalidad, entonces se desahogan.

Un poco lo que queremos hacer con “La revolución de las emociones” es decirles a los lectores que la sociedad nos ha enseñado que hay sentimientos buenos y malos y queremos decir que eso no es así, que simplemente hay sentimientos que tenemos que desaprender. Nos han enseñado que llorar en público está malo cuando es un acto revolucionario y sanador, nos han condenado nuestro deseo, nos han limitado el deseo cuando uno debe ser libre, no debe auto censurarse y aprende a relacionarse con todos esos sentimientos que han sido reprimidos como la tristeza y la rabia, tenemos una pésima relación con la rabia y esta es necesaria y normal y está bien sentirla.

Desde el año pasado es imagen y embajadora de la marca Kuida, ¿Por qué decidió aceptar esta propuesta? ¿Qué la identifica?

Kuida y yo tenemos mucho en común y es esa filosofía de hacer las cosas diferentes. Lo que me gusta de la marca es que es para todo tipo de mujeres. Yo, por ejemplo, estoy lejos de tener una piel perfecta y los productos realmente me sirven, aún cuando tuve un pasado de acné. Por eso me sorprendió la propuesta y la acepté, por que me identifico con lo que hacen.

Algo muy chévere es que es una marca que tiene un acompañamiento porque ofrece un catálogo de siete productos para todo el día. Creo totalmente en lo que están haciendo no solo en tema de beauty sino por Colombia.

Además, es la primera marca que vende productos colombianos basados en CBD en Estados Unidos y el Reino Unido. El plan incluye una expansión en Estados Unidos y este año nos invitaron a Cosmoprof en Italia y esto nos permite cambiar la percepción que tiene la gente de Colombia en el exterior.

Por * Redacción Especiales

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